El silencio de la Junta Central Electoral en responder a Participación Ciudadana su solicitud del 2 de diciembre del 2015 el permiso para observar el proceso electoral de mayo del 2016, es una demostración de la forma en que se ha degradado la transparencia y el proceso democrático dominicano.

El hecho de que la JCE haya aprobado su reglamento de observación electoral el 8 de diciembre no invalida la solicitud.

Por más rechazo que tenga el presidente de la JCE, Roberto Rosario, a Participación Ciudadana, no puede obstaculizar la labor voluntaria y de apoyo a la transparencia que realiza esta entidad de la sociedad civil desde que fue fundada a mediados de los años 90 del pasado siglo.

Intentar obstaculizar la observación electoral independiente, hasta el punto de querer borrar del mapa a Participación Ciudadana, o acusarla de conspirar contra la JCE como ya lo ha hecho el doctor Roberto Rosario, sin citarla por su nombre, es antidemocrático y un espaldarazo a la oscuridad en un proceso electoral que debe ser lo suficientemente claro.

Nunca antes Participación Ciudadana había tenido tantos obstáculos para hacer una observación electoral, como ahora. Es cierto que hubo partidos políticos que amenazaron a los observadores voluntarios, que acusaron a la entidad de parcialidad, pero ningún presidente de la JCE había actuado con tanta saña para evitar la observación nacional de las elecciones presidenciales.

En las elecciones del 2012 el doctor Rosario intentó crear una red de observadores electorales patrocinada por la JCE, y en esas tareas convocó a miles de personas a la capital, les ofreció transporte y comida y les validó para que hicieran observación electoral. La idea era evitar que los observadores de Participación Ciudadana hicieran su trabajo.

Ahora el procedimiento utilizado ha sido no responder a la solicitud que hizo Participación para observar las elecciones. Tampoco Rosario o la JCE ha respondido a las solicitudes de información de la entidad de la sociedad civil sobre el escrutinio de los votos, que en esta ocasión serán mediante procedimientos electrónicos.

Eddy Olivares Ortega, miembro titular de la JCE, ha remitido una carta al pleno pidiendo que se acoja la solicitud de Observación Electoral que hizo Participación Ciudadana el 2 de diciembre del 2015. Sus últimos dos párrafos dicen lo siguiente:

La renuencia a colocar en la agenda del Pleno la solicitud que nos ocupa, además de obstaculizar los preparativos de PC para la observación,  envía el mensaje negativo de que nuestro órgano le teme a la observación sistemática y profunda que desarrolla esa entidad. 

La observación independiente y crítica  de PC contribuye, más que obstaculizar, con la confianza pública del proceso electoral, en este tiempo en el que la integridad de las elecciones se determina sobre la base de la equidad, libertad, transparencia y objetividad, consagradas en el artículo 211 de la Constitución Política.

La JCE no es un patrimonio personal, ni una finca propiedad del doctor Rosario, y tiene que actuar de acuerdo a la transparencia que le demanda la propia ley por la que se rige. Si los procesos democráticos y electorales cuentan con un ente rector como el doctor Rosario, al frente de la JCE, estamos ante una realidad pocas veces tolerada en el país en la etapa democrática que estamos viviendo. Las elecciones tienen que ser libres, transparentes y bien realizadas, y para eso hace falta una observación electoral dominicana, también independiente y desde un a entidad que como Participación Ciudadana tiene la experiencia y la credibilidad necesarias. En beneficio de la democracia.