Tragedia es la palabra que mejor define los incendios en varios parques nacionales y reservas forestales del país, que se iniciaron la pasada semana y que algunos lugares subsisten, pese al esfuerzo de las autoridades.
Hay que anotar que las autoridades no están preparadas para este tipo de contingencia, y que en realidad se trata de una emergencia a la que el Ministerio de Medio Ambiente debe afrontar solicitando recursos y apoyos de otros ministerios y de las Fuerzas Armadas Dominicanas, así como la colaboración de países que sí cuentan con equipamientos y recursos para estos casos de devastaciones de grandes áreas boscosas.
Los parques afectados son el Parque Nacional Valle Nuevo, en Constanza, Dajabón, en el noroeste del país y Parque Nacional de los Haitises en el noreste, en especial la zona de Samaná.
Los incendios más destructivos han sido los de Constanza y Los Haitises. El Ministerio de Medio Ambiente tuvo que dedicar recursos con los que ni siquiera contaba para paliar los efectos de estos incendios, que incluso causaron el desalojo de cientos de personas y el daño masivo de bosques y plantaciones de gran valor ecológico y económico para el país.
Al iniciarse el verano es probable que haya algún descuido y lo produzcan incendios por actividades irresponsables, en particular de conuquismo en pequeñas dimensiones o de limpieza de áreas para producir pasto o para sembrar productos agrícolas.
Los lugares donde se han producido los incendios tienen serias tensiones por las prohibiciones de las autoridades, y de las leyes, a que haya actividad productiva, y la presión de pequeños y medianos agricultores, que desean cultivar esas tierras y que para liberarlas de la atención de las autoridades les prenden fuego.
Hay experiencia manejando este tipo de situaciones y si se determina que los incendios han ocurrido por casos como estos, hay que aplicar las sanciones correspondientes.
La otra cuestión es que se trate de un atentado coordinado contra el medio ambiente, en forma premeditada, para desviar la atención de otros asuntos o para crear problemas al gobierno, ya sea de desestabilización o de relajamiento de la autoridad. Si es así, se trata de actos de terrorismo que deben ser investigados y sancionados ejemplarmente.
Resulta extraño que en Constanza, Los Haitises y en Dajabón al mismo tiempo se hayan desatado incendios de dimensiones peligrosas. No fue cualquier incendio el que se produjo en Constanza o en Los Haitises.
El deber del Ministerio de Medio Ambiente y del Ministerio Público es realizar a profundidad las investigaciones, y si tienen que recurrir a expertos internacionales que lo hagan, para determinar la existencia de algún plan organizado contra la foresta más preservada del país. Y si se descubriera a los autores materiales, también habría que tratar de dar con los autores intelectuales de los incendios, que tal vez existen y quieren que el país se prenda en candela.