La distribución de un porcentaje de los fondos de pensiones ha sido llevado y traído en el Congreso Nacional y en las calles aledañas al Centro de los Héroes.

Algunos congresistas, tratando de alcanzar rentabilidad política con la consigna de la distribución de una dinero que no le corresponde, han sido los que han encandilado a muchos ciudadanos, quienes de buena fe han creado en la posibilidad de recibir un porcentaje de hasta un 30 por ciento del ahorro de las pensiones.

El gobierno, el Banco Central, los partidos de oposición, y numerosas entidades han explicado que eso no es posible por los efectos nocivos que tendría la estabilidad macroeconómica. Pero los que sostienen esa posibilidad, aprovechando la falta de información siguen sosteniendo que los fondos de pensiones están ahí y hay que distribuirlos.

Algunos medios de comunicación hemos ofrecido orientaciones sobre este tema. Los que quieren conseguir apoyo político con la consigna de los fondos de pensiones, como el político que dice que hay que poner a funcionar la maquinista del dinero, o como el hombre del nivel, siguen diciendo que los fondos se pueden distribuir. Se parecen bastante al reclamo de la llamada Familia Rosario, que reclama miles de millones de dólares a Barrick Pueblo Viejo por la explotación del oro de Cotuí.

Esta claro que el sector de las administradoras de los fondos de pensiones ha hecho un pobre trabajo a la hora de explicar a la comunidad sus logros.

Si bien es cierto que de acuerdo a los cálculos suministrados por la Superintendencia de Pensiones (Sipen.com.do) y basados en la extrapolación de los primeros dieciséis años para calcular los próximos 14, podríamos inferir que la tasa de reemplazo andaría por un 40 por ciento, para todos aquellos que hayan trabajado mínimo de 30 años y se hayan retirado después de los 65.

Esto quiere decir que un pensionado obtendría para su retiro el 40 por ciento de lo que fue su último salario.  No hay persona razonable que no este de acuerdo que un 40 por ciento es un monto insuficiente.

Pero el problema no está en la administradora de pensiones, el problema es que el aporte que hacen el empleado y el empleador, en el caso dominicano, es la mas baja del hemisferio.

Mientras que países como Chile los empleados y empleadores aportan cerca de un 15 por ciento, el 50 por ciento en el 2018 tuvo una tasa de remplazó por debajo del 20 por ciento.

Para hacer un cálculo simple y fácil de entender para el lector, lo podemos resumir de esta manera: Si dividimos la tasa de reemplazo por la contribución vemos que mientras en Dominicana una administradora de fondos de pensiones promedio le ha dado una rentabilidad 4.7 veces a los fondos aportados, mientras que en Chile está por debajo de 2. Obvio, mientras mayor sea este número, mayor es la rentabilidad para el empleado.

Entonces, si realmente lo que queremos hacer es medir qué tanta rentabilidad en proporción a lo aportado han logrado generar las administradoras de fondos de pensiones en Dominicana, este es el número que debemos de comparar.

Cuando comparamos este retorno en el hemisferio, nos podemos dar cuenta que las AFP en República Dominicana han dado la rentabilidad más alta comparada con portafolios invertidos con el mismo perfil de riesgo. De hecho, si en República Dominicana contribuyésemos lo mismo que en Chile, un 15 por ciento del salario y lográramos mantener una rentabilidad similar a la de los primero 16 años, para todo aquel que contribuya mas de 30 años y se retire después de los 65, obtendría aproximadamente 90 por ciento de su último salario.

De igual manera que se critica, sin fundamentos, que las AFP en Dominicana son las que cobran la comisión absoluta (independientemente de rentabilidad) mas alta del continente. Cuando comparamos las comisiones, en toda las Américas, históricamente han andado entre un 2.0 por ciento y 0.8 por ciento de los activos bajo administración.

Esto quiere decir que la media histórica es de aproximadamente 1.4 por ciento de los activos bajo administración y en República Dominicana se cobra 1.2 por ciento.  Entonces, lejos de ser la mas cara, es fácilmente verificable que se cobra por debajo de la media.  Esto sin tomar en cuenta que la mueva ley de comisiones de las administradoras de pensiones reduce la comisión a 0.8 por ciento en los próximos años.

En términos relativos es todavía mucho mas ventajosa para el empleado.  Para poder comparar peras con peras y manzanas con manzanas, tenemos que comparar la rentabilidad en productos que tengan el mismo perfil de riesgo.

Mientras que la rentabilidad promedio de la cartera de las AFP por los últimos 16 años en República Dominicana está en un 10 por ciento, una cartera que esté invertida en productos con un similar perfil de riesgo, en Chile anda por el 3 por ciento.  Si dividimos la comisión por la rentabilidad nos damos cuenta que las administradoras en Chile se quedan con un 40 por ciento de lo que le generan al trabajador, lo que significa en términos relativo que en Chile cobran un 300 por ciento mas que en la República Dominicana.

Dicho de otra manera, un año con la rentabilidad antes dicha, en Chile las AFP se llevan 40 centavos de cada peso de beneficio que le generan al empleado, mientras que en nuestro país son 12 centavos por cada peso de beneficio que le generan y en los próximos años bajará a 8 centavos de cada peso de beneficio que se genera.

En términos relativos, seria la comisión mas baja de las Americas.

Si queremos garantizar que nuestros empleados tengan una pensión digna, tal cual se merecen, nos debemos enfocar en cómo aumentar la contribución y no en dilapidar uno de los mejores y mas eficientes sistemas de administradoras de pensiones de las Americas.