El Tribunal Constitucional es un órgano de reciente creación y necesita legitimación social y política, algo que no se corresponde con su sentencia de hace un mes de deslegitimar la nacionalidad dominicana a miles de ciudadanos de ascendencia haitiana.

En realidad, el Tribunal Constitucional ha creado un serio problema a la sociedad y al gobierno del presidente Danilo Medina, porque ahora el presidente debe mediar entre dos grupos que se descalifican mutuamente, incluso con agresiones incalificables, que desdicen mucho del temperamento democrático que ha vivido el país desde la caída de la dictadura de Trujillo.

Nos gobierna el Partido de la Liberación Dominicana, fundado por Juan Bosch, y no el Partido Dominicano, instrumento al servicio de Rafael Leónidas Trujillo y su dictadura.

Danilo Medina ha entrado en una encrucijada: si apoya la sentencia quedará ante la comunidad nacional e internacional como alguien que ha despojado de sus derechos a miles de ciudadanos dominicanos. Si rechaza la sentencia sería calificado de traidor a la patria y de no defender la soberanía dominicana. La pregunta es ¿quién querría hacerle algo así al presidente de la República, que cuenta con una altísima popularidad en la sociedad?

Ahora se habla de una campaña internacional para descalificar a la República Dominicana, y de traidores a la patria. Quien rechaza la sentencia es un prohaitiano, y quien la apoya es un negador de derechos adquiridos.

Aunque tenemos un Ministerio de Relaciones Exteriores, no hay un ministro firme al frente. Hay pronunciamientos aislados de funcionarios y embajadores. Estados Unidos y la Unión Europea están observando lo que responderá el Gobierno. Organismos internacionales ya se han pronunciado y sienten que hay una cuestión peligrosa en la decisión del Tribunal Constitucional.

Aún no sabemos los efectos negativos que traerá esta decisión. Tampoco sabemos qué se puede lograr con la salida de funcionarios del gobierno a dar explicaciones en los foros internacionales. Ahora hasta el Ministerio de Turismo está diciendo que pondrá sus oficinas en el exterior a defender la sentencia del Tribunal Constitucional.

El deseo es que el presidente Danilo Medina tenga fuerzas y luces suficientes para buscar o encontrar una fórmula de mediación que reorganice el caos que se ha creado con esta decisión.

Un comentario: