Los cien primeros días del gobierno del presidente Luis Abinader han pasado. Se trata de un centenar de días emblemático, por el trabajo ininterrumpido contando semana tras semana, día tras día y hora tras hora.

El equipo presidencial ha querido atender todas las temáticas, responder todos los desafíos y corregir los errores por las críticas que se formularon. Han sido cien días haciendo y escuchando, tomando decisiones y corrigiendo.

Pese a las críticas, normales e inherentes en un país que se precie de democrátivo, Luis Abinader y su equipo han ganado muchos puntos en la ciudadanía en general. Las mediciones más serias así lo evidencian.

Han mostrado ser un equipo de gobierno más receptivo con su pueblo. Tenemos un presidente más cercano y dispuesto a escuchar y a hablar.

Cada vez que el gobernante ha tenido la oportunidad, ha respondido a las críticas y dado explicaciones, y cuando ha tenido que rectificar, sin temores, lo ha hecho. De eso se trata gobernar en medio de una crisis de dimensiones mayúsculas. En cierto modo gobernar es un arte que requiere del concurso permanente de la ciudadanía.

El propio presidente Luis Abinader ha resaltado en más de una ocasión la importancia del periodismo crítico y objetivo para colocarle límites y hacerle contrapeso al poder gubernamental.

Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno llegaron al gobierno el 16 de agosto de 202o, y recibieron una administración con las cajas vacías y los baúles llenos de facturas por pagar. Y muchas de las tareas de gobierno pendientes ya estaban licitadas y comprometidas. Casi todas las compras de los próximos dos años ya fueron licitadas y asignadas a personas que “ganaron” licitaciones y que fueron asignadas por las autoridades del pasado gobierno. Los asuntos nuevos, como resultados de realidades no contempladas, son los que han quedado para decidir ahora.

El nuevo gobierno ha mostrado interés por cumplir su palabra. El Ministerio Público es el más independiente que se recuerde en la República tras las recuperación de la democracia. En la cabeza de esa instancia del Estado hay profesionales que no tienen compromisos políticos, y que no han actuado con retaliaciones, sino apegados al mandato de la ley y del derecho, pues todo ciudadano tiene derecho a que se respeten su integridad y su inocencia hasta que se demuestre lo contrario.

Sin apelar a las tradicionales cancelaciones masivas de empleados que se llevan a cabo cuando la administración pública pasa de un partido a otro, el gobierno ha emprendido una reforma del gasto público. Reduciendo los gastos posibles de ser reducidos, sin abusar, han ahorrado varios miles de millones de pesos. Se tomó la decisión de racionalizar los gastos con el cierre de la OISOE, del Fonper, del CEA, y la liquidación de la CDEEE, como dispone la ley. Asimismo, la eliminación de instancias que no lucen necesarias en este momento, como el Despacho de la Primera Dama, así como la eliminación o reducción de los consejos directivos de varias instancias que se utilizaban como piñatas de repartición de favores.

En el sector salud ha habido un gran esfuerzo para mejorar la atención en salud, atender los casos de infección por Covid-19, reducir los contagios y aplicar una estrategia de ese más eficiente. En Educación se ha realizado un esfuerzo para aprovechar el tiempo y no perder el año escolar, utilizando la televisión y otros medios electrónicos para impartir docencia, comprometiendo a las familias, a los estudiantes, sin descuidar la ocupación y el servicio de los maestros. Se trata de poner a caminar un sistema de educación pública que involucra directamente a tres millones de personas. Con el mismo modelo funcionan las universidades dominicanas, que en total involucra a medio millón de estudiantes y miles de maestros.

En transparencia pública se ha avanzado mucho. Tanto que reconocidos observadores afirman que ha sido el mayor logro del joven gobierno. La Dirección de Etica e Integridad Gubernamental está haciendo su labor, que no era tan obvio que lo hiciera en el pasado, la Dirección General de Compras y Contrataciones ha ejercido un liderazgo relevante, mostrado su importancia y el rol que tiene para ayudar en la transparencia pública. La Contraloría General de la República lleva a cabo una labor de detección de todo lo que se recibió del pasado gobierno, documentar eso y detectar fallas, irregularidades y cualquier diferencia sustancial para poner el hallazgo en manos del Ministerio Público.

Agricultura está haciendo un esfuerzo para garantizar la seguridad alimentaria. Obras Públicas tiene la responsabilidad de devolverle a esa cartera el liderazgo en todo lo relativo a construcción de obras de infraestructura, no solo de grandes inversiones, sino las que sin ser costosas impacta en la gente de cualquier comunidad de manera directa. Su apuesta debe ser lograr una labor eficiente con los pocos recursos con que cuenta.

Otras instancias como Industria y Comercio y Relaciones Exteriores se esfuerzan por poner en marcha políticas integradoras y racionales, que reflejen las propuestas de gobierno que presentó el presidente Luis Abinader en su periplo electoral y de ascenso al poder.

Se han cometido errores, y ha de esperarse que se cometan otros yerros. Pero una cosa es el error y otra es la intención deliberada y dañina, sobre todo cuano está vinculada a la práctica de la corrupción. Una ministra tomó licencia sin disfrute de sueldo y está siendo investigada por el Ministerio Público por una declaración jurada de bienes que refleja, mínimo, sospechas. La dirección de Compras y Contrataciones sometió su caso al Ministerio Público, pese a ser una dirigente notable del partido de gobierno.

Áreas gubernamentales que funcionan precariamente también las habrá. Las críticas tienen que ayudar al gobierno a mejorar la puntería. Incluyendo las críticas que formulen los partidos de oposición y los medios de comunicación. Esa es la democracia. El propio presidente Luis Abinader ha resaltado en más de una ocasión la importancia del periodismo crítico y objetivo para colocarle límites y hacerle contrapeso al poder gubernamental.

Han sido cien días intensos y se podría decir que han abonado a la renovación del espíritu emprendedor del dominicano. Cien días en que hemos sido testigos de las muertes de cientos de ciudadanos por Covid, pero también en que hemos visto vivo el espíritu democrático y de resistencia de la sociedad.