El ministro de la presidencia, Gustavo Montalvo, anunció que no se dará paso a la fase tres de la desescalada pautada por el gobierno, para el retorno a las actividades, debido a un rebrote del Covid-19, y a que la gente le ha perdido el miedo y ha actuado con poca responsabilidad, al desestimar el uso del tapaboca o mascarilla para evitar el contagio.
El ministro de Salud Pública ha dado informes diarios sobre los aumentos de infecciones y sobre los aumentos de personas en unidades de Cuidados Intensivos, aunque el número de fallecimientos ha continuado “normal”. Hemos pasado a tener más de 500 personas infectadas por día, según las cifras oficiales. Los datos del gobierno son los únicos de que se dispone, y como no existen datos alternativos, todo el que hace planes y el que reporta a nivel internacional, toma únicamente las cifras oficiales.
La desescalada del gobierno se inició el 20 de mayo, con la apertura de numerosas actividades, y una campaña de concientización para que se mantuvieran las normas de distanciamiento y autoprotección. Esa primera fase finalizó el 3 de junio y comenzó en ese momento la segunda fase, que implicaba retomar las actividades de juegos de azar, excepto casinos, apertura de comercios y centros comerciales, transporte colectivo privado y apertura los domingos de los centros religiosos.
La tercera fase tenía que iniciar este 17 de junio, con los servicios religiosos tres días a la semana, en vez de uno solo los domingos. Pero las autoridades han dicho que los casos son alarmantes y que tienen que defender la salud del pueblo dominicano aplicando medidas restrictivas de actividades, incluyendo los aparatos represivos del Estado.
En la tercera fase sólo se permitiría que las iglesias tuvieran dos días más de actividades. Pero no haber dado el paso implica, en primer lugar un reconocimiento de que no vamos bien protegiendo a los ciudadanos, y en segundo lugar que las autoridades tienen temor, porque las medidas de autoprotección no están vigentes ni se tienen presentes para cumplirlas. La última fase, la cuarta, se iniciaba 1 de julio, con la apertura de aeropuertos, restaurantes, hoteles y gimnasios. La tercera etapa iba desde el 17 al 30 de junio.
Obvio, que la cuarta fase tenía previsto que las elecciones del 5 de julio serían celebradas son contratiempos, ya con apertura total de actividades. Si el gobierno detiene la apertura de la tercera fase, quiere decir que habrá problemas para que las elecciones se realicen. No se ha dicho nada al respecto. Sólo hay conjeturas.
“Vamos a permanecer en fase dos, al menos hasta la próxima semana, y nos mantendremos en constante monitoreo para determinar si la situación mejora lo suficiente”. Eso fue lo que dijo Gustavo Montalvo.
La pregunta pertinente es ¿Qué piensa hacer el gobierno con las elecciones convocadas para el 5 de julio? ¿Puede el gobierno mantener el Estado de Emergencia más allá del proceso electoral? La pregunta no es ociosa, pues el gobierno encontró la manera de aprobar 17 días más del Estado de Emergencia, cuando estaba en minoría en la Cámara de Diputados. ¿Conseguirá el gobierno otra vez esa mayoría entre los diputados, para extender, nuevamente, el Estado de Emergencia?
Nadie lo sabe. Son tiempos difíciles. Todo el que participa de la actividad política hace conjeturas sobre el proceso electoral. Aunque los simpatizantes del candidato oficialista dicen que tienen mayoría en las simpatías de intención de votos, nos parecen están tan convencidos. ¿Van en la misma dirección la disposición de concluir la desescalada días antes de las elecciones y las simpatías del candidato oficialista? Tal vez alguien lo sepa. Pero sigue siendo una gran incógnita en este momento.