En la búsqueda del cadáver de Emely Altagracia Peguero Polanco las autoridades del Ministerio Público y de la Policía Nacional encontraron, igualmente en vertederos, dos cuerpos de mujeres que no eran Emely Peguero. El objetivo estaba claro y era muy precisa la indicación de la comisión especial designada por el Procurador General de la República, encabezada por el Procurador Adjunto, Bolivar Sánchez.

Ya cumplido el objetivo, e incluso sepultada la víctima, corresponde a las autoridades completar la investigación y determinar el móvil del crimen y las complicidades que hubo. Seguro que hubo muchas complicidades, no sólo de la madre Marlon Martínez, sino de otras personas que tenían conocimiento de lo que estaba ocurriendo y decisión guardar silencio, permitiendo la tragedia que finalmente ha sido develada.

Luego de ese trabajo, sugerimos al Procurador General de la República, Jean Alain Rodríguez, disponer que la Comisión Especial, asuma la responsabilidad de investigar las dos muertes de mujeres ocurridas y de las que no se tenía conocimiento hasta que sus cuerpos fueron encontrados. Uno de los cuerpos fue encontrado con señales de violencia, y con parte de su rostro quemado. ¡Y los cadáveres se encontraron en vertederos!

Vale decir, que los vertederos, además de recibir basura recogida por los ayuntamientos, también son receptores propicios de cadáveres de personas asesinadas y que se las tiene por desaparecidas porque nadie ha podido detectar la comisión de un crimen contra esas personas, y en este caso mujeres.

Sugerimos al Procurador General de la República que esta investigación se haga, y que se pueda determinar quiénes son los responsables de estos otros horrorosos crímenes, contra mujeres jóvenes, contra seres humanos generalmente anónimos, con familiares que se han ocupado poco o no han tenido los recursos para llegar a ocupar el interés de la autoridad pública.

Luego habrá que agradecer, post mortem, a Emely Peguero, por ayudar a detectar a dos víctimas que como ella, fueron asesinadas por su condición de mujeres.

Ojalá que el Ministerio Público asuma este reto de seguir buscando a los criminales que ocultan los cuerpos de sus víctimas en los vertederos de basura.

El tema es más grave debido a que los cuerpos fueron descubiertos en las cercanías en que se produjo el crimen, y ocultamiento del cadáver, de Emely Peguero. ¿Cuántas otras víctimas habrá que han sido asesinadas en circunstancias parecidas y sepultadas en vertederos que devoraron sus cuerpos? Nunca lo sabremos, pero si las autoridades abren los ojos y poner en alerta sus oídos, tal vez se descubra a los criminales que acostumbran a hacer esto.

Y que siempre recordemos a Emely Peguero.