Leonel Fernández tiene una seria encrucijada. Debe tomar decisiones políticas riesgosas y que nunca pasaron por su pensamiento, debido a las raíces profundas que tiene en el Partido de la Liberación Dominicana.

Junto al profesor Juan Bosch, fue fundador del PLD, desde muy joven, y creció y proyectó una figura política en esa organización. Se convirtió en el segundo presidente del PLD, después del profesor Juan Bosch, y por ese partido llegó tres veces a la presidencia de la República. Con las siglas del PLD hizo una obra de gobierno de la que se enorgullece.

Nunca perdió una elección, ni una campaña electoral en la que fuera protagonista. Por primera vez pierde una campaña electoral interna y se ve forzado por muchos de sus amigos a abandonar las filas del PLD. No son precisamente peledeístas los que lo empujan a abandonar el PLD, son sus amigos externos, de otros partidos, que andan buscando a toda costa un candidato presidencial, y piensan que puede ser Leonel Fernández.

Los más entusiastas en la promoción de la renuncia del doctor Fernández del PLD son los más radicales, que le han empujado a asumir las posiciones ideológicas más derechistas y antidemocráticas, los que han empujado a Leonel hacia el nacionalismo rancio y los que requieren un candidato de sus dimensiones, porque carecen de él en sus propias filas.

Los que reclaman a Leonel Fernández fuera del PLD son los mismos que hicieron campaña para separarlo de su partido. En vez de que fuera presidente del PLD, hicieron que Leonel se convirtiera en un líder de un bando leonelista en su partido. Se olvidaron que Leonel era el presidente del PLD.Son los mismos que estimularon a Leonel a no respaldar a la vicepresidenta de la República como posible candidata presidencial. Querían a Leonel, y se olvidaron que la vicepresidenta era la esposa de Fernández, era miembro del Comité Político del PLD y tenía un gran capital político electoral, por encima de Leonel, porque su tasa de rechazo era nula, mientras la de Leonel siempre superó el 50 por ciento.

Leonel fue a una campaña interna contra el gobierno convencido de que ganaría la nominación presidencial. No la ganó, y emprendió una denuncia de que él fue quien ganó y le hicieron trampa. La Junta Central Electoral contó los votos y los comparó con los votos registrados por las computadoras, y no encontró fraude. Leonel acudió entonces al Tribunal Superior Electoral, y su recurso de impugnación fue rechazado. El día 7 de octubre compareció en la televisión con dos personas que no podrían revelar ningún fraude, como había prometido Leonel la noche anterior, que probaría que hubo un algoritmo que cambió los resultados de las elecciones.

Este domingo el país se quedó esperando la transmisión de un discurso del doctor Leonel Fernández. A la 1 de la madrugada aún no se transmitía el discurso. El canal que fue anunciado como emisora matriz emitió un comunicado diciendo que la transmisión no se producía por el canal, sino por los promotores del discurso.

Esta secuencia de errores se cierra este lunes, con la convocatoria a las 10 de la mañana de una gran manifestación de seguidores de Leonel Fernández contra la Junta Central Electoral en la Plaza de la Bandera. Es un lugar inmenso, y el fracaso en la convocatoria es la posibilidad mayor. Los errores del doctor Fernández están anunciando que las cosas en su propio entorno no andan bien, que sus asesores no se ponen de acuerdo, y que hasta irse del PLD le está resultando muy complicado.

Las divisiones de partidos políticos son asuntos frecuentes en el país. El propio PLD nació de una fractura en el PRD. El recién creado PRM nació de otra fractura en el PRD. El principal partido de oposición en este momento es el PRM. Sin embargo, crear un partido es una tarea muy ardua, en la que no vemos a un hombre como Leonel Fernández. Le deseamos suerte, y apostaríamos a que detenga la hemorragia de errores políticos que le está afectando. Y así tal vez pueda ser candidato presidencial. El propio Juan Bosch cuando fue a las elecciones, luego de crear el PLD, solamente obtuvo 18 mil votos. Leonel Fernández es seguro que tendrá mayores simpatías, pero que no se haga muchas ilusiones, que hay mucha gente que se quiere servir de su imagen y de los atractivos políticos que aún conserva. Buscan canibalizarlo.