El país se paralizó este lunes en demanda de que el gobierno deje sin efecto el paquetazo fiscal, la reducción de los apagones y de la corrupción en la administración pública.
Se trató de una demostración masiva. La gente, y en particular los que viven en la marginalidad, creen que no se está gobernando para favorecer a las mayorías.
Los de las clases medias también se sumaron al paro y fueron pocas las actividades que se con la normalidad cotidiana. Algunos establecimientos abrieron sus puertas en los centros de las ciudades y no fueron agredidos.
Sindicalistas del transporte se sumaron al paro. Agentes policiales acompañaron a los autobuses públicos de la OMSA, que ofrecieron transporte gratuito.
Con algunos choques violentos pocos significativos, más las quemas de neumáticos en varios sectores, en los pueblos y provincias fue donde más fuerza tuvo la paralización.
El balance es que el país no está conforme con el gobierno y las políticas económicas. Las autoridades han sido poco comunicativas al respecto.
El vicepresidente Rafael Alburquerque fue quien dijo que en vez de protestar los grupos organizadores del paro debían felicitar al gobierno por la política económica.
Otro funcionario y dirigente oficialista que habló antes de la protesta fue Reinaldo Pared, presidente del Senado y secretario general del PLD, quien argumentó que el paro nacional hace más daño a los pobres que las políticas económicas del gobierno.
Desde fuera del gobierno habló Danilo Medina, el candidato presidencial del PLD, quien pidió paciencia a la población, hasta que él llegue al Palacio Nacional, para arreglar lo que está mal.
Así las cosas, ahora lo que corresponde es volver al trabajo y sacar lecciones de esta jornada. El gobierno no las tiene todas consigo, aunque se justifique en que el Fondo Monetario Internacional es quien exige reformas para sostener el presupuesto de este año.
Las prioridades del gobierno, sin embargo, no coinciden con las prioridades de la población. La gente no quiere reforma fiscal. Quiere que bajen los salarios y la cantidad de burócratas que tiene el gobierno. La gente quiere que se priorice la educación y no la segunda línea del Metro de Santo Domingo. La gente quiere alimentos más baratos y no los viajes del presidente, con muchos invitados y hoteles costosos.
Con esas lecciones, es necesario volver al trabajo. Y que no haya nuevas convocatorias a paros nacionales en las próximas semanas. Otras demostraciones de protestas son posibles, sin que se detengan las actividades productivas. El país pierde en crecimiento y en creación de riquezas.
La pregunta es sin con esas respuestas que dieron Alburquerque y Pared, y esa promesa de Danilo Medina, será posible aceptar que el gobierno saque lecciones positivas de este paro, y no nuevas irritaciones, porque la oposición le brindó apoyo a la convocatoria.
Hay que ser humildes, reconocer esta victoria de los convocantes al paro nacional de actividades y no poner en bandejas de plata nuevas excusas para otras huelgas. A mejorar lo que es mejorable desde ahora, sin esperar el cambio de gobierno en agosto del 2012.