La exposición de Lucía Medina en la Cámara de Diputados, esta semana, fue valiosa y demostrativa del efecto sancionador que pueden tener la redes sociales. Yomaira, como le dicen y se le conoce en su pueblo, San Juan de la Maguana, se vio obligada a utilizar un turno de casi 40 minutos para aclarar el asunto de las mochilas de su fundación.
Ningún medio de comunicación formal se hizo eco del vídeo que mostraba una mochila donada por Lucía Medina, en nombre de su Fundación de Mujeres para el Desarrollo de San Juan, y que se descubría que debajo llevaba el sello del Ministerio de Educación.
La diputada relató que viendo el vídeo con su esposo, quien habría Pagado las 3,000 mochilas que ella repartío, se dijo que aquella había sido preparado con la deliberada intención de hacerle daño, y de paso al gobierno que encabeza su hermano, Danilo Medina.
Pero luego se convenció de que aquello implicaba algo más importante. Y en vez de acudir el lunes a la capital, como siempre acostumbra, decidió estar en Santo Domingo desde el domingo y emprendió un esfuerzo para detener el daño. Llamó al suplidor de las mochilas, Felipe Isa, quien a su vez fue vocero del movimiento político Textileros con Danilo. También llamó a algunos directores de medios de comunicación y comenzó a dar explicaciones.
A Felipe Isa le exigió ofrecer una rueda de prensa, y así lo hizo. Que luego fue parcialmente transmitida en la Cámara de Diputados. Y explicó que las mochilas fueron compradas por su esposo para que la fundación de Yomaira las donara. El Ministerio de Educación, afectado en su imagen por el caso, solicitó al Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil realizar una investigación sobre la forma en que mochilas del Ministerio de Educación se convirtieron en mochilas de Yomaira Medina.
También la Junta Central Electoral anunció que realizaría una investigación sobre el tema de las mochilas, porque el escándalo era muy grande y porque implicaba el uso irregular de los recursos del Estado en promoción política. Ya Yomaira ha dicho que aspira a la nominación, y luego a ser electa senadora por San Juan de la Maguana, posición que ocupa el muy cercano a Leonel Fernández, ingeniero, Félix Bautista.
Las redes sociales son hoy una especie de plaza pública en donde todo es posible, en donde todo se vende y se compra, y en donde es posible decirlo todo. Cada quien tiene su propio espacio, puede colocar videos, escribir comentarios, poner fotografías, proyectar una imagen, tratar de posicionarla o tratar de destruirla. Todo es posible en ese mercado en que se ha convertido el espacio de las redes sociales. Su uso, en sus inicios, era casi privado, pero hoy es un espacio público, en donde todo lo que usted quiera decir lo puede publicar sin restricciones.
Precisamente esta semana el director general de Twitter, Jack Dorsey, y la directora de operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg, han comparecido ante el Congreso de los Estados Unidos y explicado su postura ante las mentiras, falsedades políticas, inventos y muchas otras prácticas engañosas que ocurre en sus redes sociales. Dicen estar arrepentidos de haber permitido que esto haya llegado hasta este punto, pero que harán un esfuerzo para controlar las mentiras y otros actos delictivos y antidemocráticos.
Sin embargo, han dicho que no es posible imponer a los usuarios cómo manejar las redes sociales, pero que tratarán de encontrar la forma de frenar la manipulación con fines políticos en esas plataformas.
La misma queja que tiene Yomaira Medina la tienen muchos otros sectores en Estados Unidos, incluyendo legisladores. Esas redes son un gran negocio, que a su vez han destruido una parte del negocio de los medios de comunicación tradicionales (radio, prensa y televisión) y están corroyendo seriamente el sistema democrático.
Como activista político, como congresista, como hermano o hermana del presidente de la República, usted puede tener todo el poder del mundo, pero no puede frenar los vídeos o las notas que se hacen virales en esas plataformas de comunicación que ahora conocemos como redes sociales.