José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno Español, acaba de reconocer que su Partido Socialista Obrero Español sucumbió en las elecciones regionales, en lugares donde los socialistas siempre fueron un bastión, lo que representa una derrota que puede ser explicada solamente por los efectos de la crisis económica.
España ha sido uno de los países más afectados por la crisis financiera global, como lo han sido Grecia, Portugal, Islandia y muchos otros países europeos. Zapatero aplicó medidas económicas ingratas, que incluyeron reducción de salarios, reducción de la inversión pública, aumento de los impuestos, entre otras, que han representado una impopularidad pocas veces vistas para los socialistas de España.
El Partido Popular, de derecha, es quien ha cosechado los frutos de la cuasi rebelión popular que ha habido en España. Los líderes populares han atacado duro al gobierno de Zapatero y hasta le han pedido adelanto de las elecciones, como se estila en los regímenes parlamentarios. Las elecciones están previstas para marzo del próximo año, pero el presidente del gobierno podría adelantarlas. Zapatero ha dicho que se mantiene firme en aplicar su plan económico de recuperación y en no adelantar las elecciones.
Estos resultados eran previsibles. Los gobiernos se desgastan y la impopularidad recae sobre el partido que le sustenta. El líder de los populares españoles, Mariano Rajoy, perdió el último proceso electoral y el gobierno socialista logró una reiteración del mandato, contra las intenciones de Rajoy de alcanzar la presidencia del gobierno.
Los gobiernos se desgastan. Es sabido y reconocido por todo el mundo. Las políticas públicas responsables hacen que la impopularidad de opciones que podrían ser buenos pierdan las posibilidades. Todo el mundo sabe que el PSOE perderá el poder cuando se celebren elecciones, a menos que ocurra un milagro y el panorama se invierta.
Estas lecciones de los españoles tienen lectura probable en el escenario local. Las últimas encuestas, Gallup y Penn, Schoen & Berland, indican que las simpatías del gobierno están bajas y que la gente no tiene expectativa de que el escenario cambie. La economía va mal, y la gente piensa que seguirá mal hasta que cambie el gobierno. El problema para el partido de gobierno es que no desliga a Danilo Medina de la gestión del presidente Fernández. Ya lo veremos más claramente cuando se publiquen los estudios luego de que Medina sea el candidato oficial del PLD.
La mejor recomendación para Medina y para los peledeístas es caminar con mucha cautela, y concebir un discurso creíble y coherente, porque hasta el momento lo que dice Danilo tiene muchos huecos y flaquezas. Debe interpretarse que eso se debe a que no ha comenzado la campaña electoral, y todo cuanto se hace como parte de la precampaña es un teatro menor, con menor rigor y cautela.
Analicemos bien los resultados de las elecciones regionales españolas y no las comparemos con las de medio término que hubo el año pasado en el país, que son cosas diferentes.