Laurentino Cortizo, del Partido Revolucionario Democrático, acaba de ganar las elecciones presidenciales celebradas el pasado domingo en Panamá. Se trata del retorno de un partido socialdemócrata tradicional, que ya ha ejercido el poder, que vuelve a conquistar el favor de las masas de votantes para volver a gobernar.

Distinto fue el proceso electoral del pasado 3 de febrero en El Salvador, en que un candidato independiente, muy joven, antisistema, ganó sorpresivamente las elecciones presidenciales dejando fuera de competencia a dos partidos tradicionales, incluyendo al poderoso Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, y al derechista ARENA. Nayib Bukele, del partido Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), consiguió el 53 por ciento de los votos y comenzará su ejercicio presidencial el 1 de junio próximo, con apenas 37 años.

El 16 de junio próximo serán las elecciones presidenciales en Guatemala. Se trata de una elección atípica por la cantidad de conflictos políticos e institucionales que ha habido. Contra la candidata Thelma Aldana, del Movimiento Semilla, el mismo día de su inscripción como candidata de emitió una orden de captura. Se trata de una candidata con un perfil aceptable y de gran popularidad por su anterior labor como fiscal contra los casos de corrupción. Sin embargo, Sandra Torres se vislumbra con posibilidades de alcanzar la presidencia. El candidato Mario Estrada, de la UCN, fue apresado en Miami y sometido a la justicia por vínculos con el narcotráfico y por haber recibido dinero, armas y apoyo de sicarios para asesinar a otros candidatos.

El 20 de octubre será las elecciones presidenciales en Bolivia, en las ya fue inscrito como candidato el actual presidente Evo Morales, pese a que un referéndum para la reelección presidencial, resultando rechazado el proyecto de reforma constitucional, con la victoria del No con el 51,30% de los votos frente al Sí, 48,70%. El Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia pasó la reelección por la vía del pretendido derecho humano a elegir y ser elegido. Evo Morales está destruyendo las instituciones democráticas para imponer su tercer mandato consecutivo. Su principal contendor es el ex presidente Carlos Mesa, quien ha cometido y sigue cometiendo errores inauditos, que fortalecen las aspiraciones de Morales.

La censura a los medios de comunicación, la utilización de los recursos del Estado, la corrupción, son elementos comunes en este proceso electoral en Bolivia. Todas las encuestas dan como ganador de la reelección a Evo Morales, seguido de cerca por Carlos Mesa.

Otros procesos electorales, como los ocurridos en Brasil y en Costa Rica, demuestran que estamos ante un momento de descreimiento de las personas en los partidos tradicionales, y que los elementos emergentes, incluso sin experiencia política, están ayudándose del populismo y de las promesas radicales, para conseguir el voto de los ciudadanos. La antipolítica en ocasiones tiene beneficios, como ocurrió en Brasil o en El Salvador, y en otros casos la política tradicional se ratifica como la fuerza dominante como acaba de ocurrir en Panamá y ya ocurrió en Costa Rica.

República Dominicana verá mirarse en el espejo electoral de los países que van entrando en experiencias democráticas de incertidumbre, o en situaciones de grave deterioro democrático, como Venezuela, Nicaragua y lo que podría ocurrir en Bolivia. Nuestro debate sobre la reelección está abierto. No sabemos aún lo que ocurrirá con los reclamos de que Danilo sea postulado nuevamente a la presidencia, o lo que significa el retorno de un político como Leonel Fernández, quien de ser postulado por el Partido de la Liberación Dominicana podría ganar las elecciones del 2020.