La encuestadora Greenberg, de Diario Libre, le pondrá sabor y nota de alta frecuencia al debate electoral este miércoles.
Ya lo hizo el lunes la encuestadora Gallup, a través del diario Hoy, y todavía no termina el enfado contra las dos empresas que tienen varios años de alianza para este tipo de estudio.
Encuestadoras como Sigma Dos, CID Lastinoamérica, no han podido desarrollar una imagen sólida en la política dominicana. Igualmente, los grupos privados que contratan encuestadoras internacionales, prestigiosas, no han logrado un afianzamiento. No es su propósito promoverse o promover ante la opinión pública su criterio sobre las posiciones electorales que ocupan determinados candidatos.
Eso sí, siempre se habla de esas encuestas. Los empresarios necesitan saber el posicionamiento de los candidatos, porque de eso depende en qué canasta pueden poner más huevos, y que los resultados electorales no les sorprendan dando más apoyo al que resulte derrotado en la contienda.
Quien resulte ganador de las elecciones tiene la posibilidad de establecer la agenda. Y será quien abra o cierre las puertas del Palacio Nacional, y del despacho presidencial, a los que apostaron y no apostaron a su triunfo. Los que pierdan, y el presidente saliente, serán cada día menos relevante en la forma de conducir el destino del país. Tal vez el presidente saliente sea protagonista de acciones judiciales, o de intentos de sometimientos penales. Ya vimos que eso ocurrió con Salvador Jorge Blanco, y con Leonel Fernández, en el pasado reciente. El devenir tranquilo de ningún ex presidente está previsto en la sociedad y en la política dominicana.
Hasta las elecciones del 5 de julio todo el reclamo y la ocupación del país estará centrado en las candidaturas de los dos más importantes personajes: Luis Abinader y Gonzalo Castillo. Oposición y gobierno. Y la batalla de nuevo se dará en todos los terrenos. La última vez que un partido de oposición ganó unas elecciones fue el 15 de marzo pasado, cuando el PRM derrotó al Partido de la Liberación Dominicana. La última vez que un partido opositor ganó la presidencia de la República, fue con Leonel Fernández por el PLD, en el 2004, cuando le ganó la competencia al presidente Hipólito Mejía, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
El PRD se dividió, y perdió. En octubre del año pasado el PLD se dividió, y luego de 16 años seguidos en el poder, perdió la primera elección en 20 años, en el nivel municipal, y está por verse si eso ocurre en el nivel presidencial y congresual, como ya vaticinan las más acreditadas encuestas. Los estudios de opinión pública pasan a ser anecdóticos luego de las elecciones. Siempre se dice que la encuesta verdadera se produce el día de las elecciones.
Esperemos que el proceso sea transparente, limpio, sin coacciones, y que los organizadores de las elecciones, y sus principales Protagonistas, jueguen limpio. Es lo que garantiza paz, desarrollo y continuidad institucional y legal. Que así sea.