El discurso del presidente Danilo Medina, la noche de este martes, debe ser atendido por la sociedad dominicana, incluyendo los funcionarios, los partidos políticos, la sociedad civil, las entidades empresariales, los propietarios de establecimientos comerciales, industriales y de servicios, las iglesias, y los laboratorios y centros de salud. El Congreso Nacional deberá conocer y aprobar el Estado de Emergencia que someta el Poder Ejecutivo, para hacer frente a los riesgos que implica el coronavirus en la República Dominicana.

Hasta el momento 154 países están manejando ciudadanos infectados con coronavirus, que en este momento llegan hasta 200 mil personas, y más de 7 mil personas fallecidas. La pandemia ha representado una gran amenaza y la paralización de las actividades culturales, académicas, educativas, deportivas, artísticas, de negocios, incluyendo cierre de empresas productivas, restaurantes y centros de servicios en general.

Con el discurso de anoche del presidente Medina la República Dominicana se coloca en la misma condición de otros países que ya tomaron medidas parecidas: cierre de fronteras, cierre de espacio aéreo, medidas compensatorias e impositivas para las empresas y las familias con más debilidades, y medidas monetarias que serán anunciadas por la Junta Monetaria este miércoles a partir de las 11:30 de la mañana. El Ministerio de Hacienda y el Banco Central tienen una alta responsabilidad en la adopción de facilidades, créditos, pagos y otras decisiones de apoyo a comercios y pequeños y grandes negocios.

Recordemos que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció medidas fiscales, facilidades crediticias a empresas y personas por 50 mil millones de dólares. Y hay que admitir que Estados Unidos no es el país más afectado. En Europa algunos países han anunciado medidas excepcionales. Francia dijo disponer de un presupuesto de 300 mil millones de euros, y España de 200 mil millones de euros. El caso de Italia es todavía más profundo el nivel de apoyo a la economía, para restablecer, cuando sea posible, su estado de “normalidad”.

La República Dominicana no Puede hablar de grandes cifras, como Estados Unidos y países europeos, pero sí puede tomar decisiones que compensen y alivien la carga de empresas y familias afectadas. Habrá desempleo porque sectores como el turismo Tendrán que suspender actividades, y cesar una gran cantidad de personas. Suplir al sector hotelero para alimentar siete millones de turistas por año es un gran negocio para la agroindustria, por ejemplo. El otro sector que se verá seriamente afectado será el de las remesas, pues los dominicanos también ralentizaran sus ingresos y no podrán enviarlos a sus familiares en la República Dominicana.

El presidente ha dispuesto el cese de las actividades masivas, de las marchas, concentraciones, y ayer mismo la Junta Central Electoral anunció la apertura de la campaña electoral presidencial y congresual para el 17 de mayo próximo.

Este cese de actividades es por 15 días. Habría que esperar que haya tiempo para quienes deseen emplearse a promover candidaturas en este momento. Las nuevas autoridades municipales serán proclamadas en las próximas horas, y tomarán posesión el 24 de abril próximo. Como estamos ante una declaratoria de emergencia corresponde que todo el sistema político, opositores y oficialistas, brinden apoyo a la ciudadanía y protejan a sus seguidores y a los demás en el cumplimiento de las decisiones del poder ejecutivo.

También debemos celebrar que el presidente haya dispuesto la liberación del control sobre las pruebas de coronavirus a laboratorios nacionales acreditados, y todavía es más satisfactorio que las ARS hayan asumido la responsabilidad de cargar con el costo de esas pruebas en protección de la economía de los asegurados.

Acogemos con entusiasmo el llamado del presidente de la República a los comunicadores y medios de comunicación, y en particular a los que se mueven en las redes sociales, asumir con responsabilidad y honestidad sus actividades comunicativas, y tratar de acoger únicamente las informaciones oficiales y no hacerse eco de noticias o datos que pudieran resultar falsos.

Tenemos que asumir con entereza estas decisiones. Porque el país está por encima de nosotros mismos, y de nuestras particularidades. Que así sea.