El boletín del Ministerio de Salud Pública sobre la evolución del Covid-19 de este jueves nos impactó. Fue motivo de gran sorpresa que el informe 168 trajera el dato de que el número de fallecidos las últimas 24 horas había sido de 36, un número que no habíamos registrado como país nunca antes.
El número de casos nuevos varía, y el gobierno está obligado a continuar profundizando en las decisiones más eficientes para evitar la expansión del virus. Sin embargo, el aumento del número de fallecidos es preocupante, porque podría estar reflejando un descuido o un relajamiento de las normas de separación social o un descuido en los protocolos de atención para las personas infectadas.
Los meses que llevamos con el Covid-19 entre nosotros ha aumentado la capacidad de respuesta en todos los países, incluyendo la República Dominicana. Y lo que debe ocurrir es una ralentización de los fallecimientos, en vez de un aumento, como hemos visto en el último boletín.
Hay versiones, y son solo versiones, de que las autoridades del nuevo gobierno están recogiendo datos ocultos, que se quedaron en los papeles administrativos, de muertes en la pasada administración y que nunca fueron incorporados en las cifras oficiales. El actual gobierno estaría cargando con esas cifras, y estaría haciendo realidad una letalidad que no pudo ser conocida antes del cambio de gobierno.
Con estos datos también comenzamos a descubrir otra realidad, que la letalidad del virus es mucho mayor que la informada hasta el momento. La costumbre de las autoridades hasta el momento ha sido calcular los casos activos como parte de las estadísticas para medir la letalidad. En el último boletín, en el 168, se dice que los casos activos de virus son de 23,957. Estas cifras de casos activos no pueden ser incluidos entre las estadísticas, como si fueran casos descartados. De los casos activos no sabemos el resultado. Pudieran resultar en fallecimientos como en recuperados. Por tanto la letalidad habría que medirla dividiendo la cantidad de defunciones entre el número de casos de alta médica y los fallecimientos. Por tanto, con los datos del día anterior, la letalidad sería de 2.48% y no de 1.86%% como reporta oficialmente el boletín del Ministerio de Salud Pública.
El nuevo gobierno ha asumido una responsabilidad derivada de las actuaciones de las pasadas autoridades. No tienen razones para asumir como propia la responsabilidad que es del pasado gobierno en asuntos de salud. Hemos visto que ya algunos voceros oficiosos de las pasadas autoridades comienzan a atacar al nuevo gobierno como si fuera responsable de un desmadre del tema Covid-19, por descuido en dos semanas. Y no es serio hacerlo, porque en realidad todo cuanto ha ocurrido con el tema Covid-19 es una altísima responsabilidad del pasado gobierno, que politizó el tema, que se aisló y no hizo un acuerdo nacional para que toda la sociedad concertara acciones para enfrentar el Covid-19.
El tema no deja de preocupar. El gobierno de Luis Abinader está haciendo ahora alianzas políticas para buscar enfoque colectivo contra el Covid-19, incluyendo al ex presidente Medina y a su partido, y al ex presidente Fernández y a su partido, y a las demás fuerzas políticas. Hemos perdido seis meses para hacer esto. Y en ese tiempo el Covid-19 nos ha ganado la batalla.
Es hora de poner las cartas sobre la mesa. Y no hay razones para que el gobierno actual le cubra las espaldas a las pasadas autoridades de salud y del Palacio Nacional.