“Guerra avisada no mata soldado, y si lo mata es por descuidado”, reza un viejo refrán de los países de habla castellana.
Sobre los déficit que arrastra la economía dominicana, las malas prácticas en la administración pública y las distorsiones de la economía, en general, han sido advertidos todos los políticos y gobernantes de los últimos lustros.
Lamentablemente, muy pocos han escuchado, y muchos son los que en consecuencia han actuado.
La República Dominicana estrenará nuevo gobierno el 16 de agosto o, como algunas observan, renovará el actual con un cambio de equipo.
Estas advertencias y sabios consejos no deben caer en saco roto, sino en los oídos sensatos que el país espera tengan las próximas autoridades de la administración pública
Sea como fuere, reputados economistas, organismos internacionales y voces autorizadas del empresariado nacional han señalado las debilidades y vicios de la administración pública y la economía, y han advertido, además, que los remedios a esos problemas no deben postergarse más, pues podríamos caer en una situación crítica de terribles consecuencias.
Ahí están las advertencias del Fondo Monetario Internacional, de economistas como Apolinar Veloz, Nelson Suárez y Fernando Álvarez Bogaert, entre otros. Y este miércoles, el presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP), Manuel Diez, ha dado una nueva voz de alerta.
Estas advertencias y sabios consejos no deben caer en saco roto, sino en los oídos sensatos que el país espera tengan las próximas autoridades de la administración pública.
La República Dominicana no puede seguir jugando a la irresponsababilidad y a la posposición interminable de su agenda pendiente, de reformas profundas, integrales, con visión de futuro.
El país se enfrenta no sólo a sus propias dificultades internas y retos, sino a un entorno internacional cada día más competitivo y abierto, al cual no puede sustraerse ninguna nación, a menos que pretenda convertirse en una aislada autarquía con todas las consecuencias negativas que conllevaría.
Las advertencias están dadas. Toca a las próximas autoridades tomar nota y ponerse a tono con esta realidad. No habrá excusas para no hacer lo que se necesita sin más tardanzas.
Ver Documento:
Discurso de Manuel Diez ante la AMCHAMDR