Ser dirigente estudiantil en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, hasta hace unos años, era representar la rebeldía, las ansias de justicia y equidad y el derecho de los dominicanos a una educación liberadora, sin costos, así como la búsqueda de la libertad política, la libertad de los presos políticos, el regreso de los exiliados y la conquista de un presupuesto justo para la educación superior, y en particular para la UASD.
En las luchas estudiantiles por esas demandas murieron muchos estudiantes universitarios, recordados hoy como mártires, o resultaron heridos o lesionados de por vida: Sagrario Ercira Díaz Santiago, Amelia Ricart Calventi, Rafael Guillermo Abreu, Flavio Suero, Antonio Santos Méndez, Miguel Tolentino y Luis Jiménez Mella. Brunilda Amaral y Antonio Pérez aún se encuentran con discapacidad física motora, luego de haber sido heridos en estas luchas. Hay que recordar también a Nicolás Valerio, dirigente del Frente Estudiantil Flavio Suero, y muchos otros.
La Federación de Estudiantes Dominicanos (FED), antes prestigiosa por el liderazgo que la representaba en los mecanismos de co-gobierno universitario, ha descendido a niveles penosos en la actualidad, con dirigentes sin calificación académico ni ética para representar a nadie. Hay que pensar en dirigentes estudiantiles como Amín Abel Hasbún, Asdrubal Domínguez, Radhamés Abreu o Roberto Santana, para establecer la diferencia con el deteriorado liderazgo de hoy.
Antes era la Comisión Electoral de la UASD la que organizaba las elecciones y establecía las normas. Hoy esa entidad sigue siendo prestigiosa, dirigida por un maestro de altísimo reconocimiento como Enerio Rodríguez. Sin embargo, los grupos estudiantiles que postulan y ganan procesos han devenido en entidades que buscan beneficios económicos, o en aprovechados que utilizan el espacio universitario para sacar ventajas. Por eso nunca concluyen una carrera, se eternizan en los organismos de representación y hasta llegan a realizar actos delincuenciales, como los que recientemente han llevado a los dirigentes de la FED a la cárcel.
Es muy lamentable que la autoridad principal universitaria, sea la rectoría o el Consejo Universitario, se asuman al margen de establecer reglas que excluyan a esos personajes de la universidad. Es la propia imagen de la academia que está en juego, que por cierto ha sido dañada, esa imagen, con otras actuaciones de sus propias autoridades, que les ha ido enajenando del apoyo de la sociedad dominicana.
La UASD está obligada a revisarse y zapatearse de los lastres que le aquejan y la imposibilitan de cumplir su misión esencial. Ya no se trata de grupos políticos utilizando el espacio universitario, sino de degenerados y aprovechados, utilizando el espacio universitario, para actividades delincuenciales. Las elecciones estudiantiles no son tales, el porcentaje de participación es insignificante. La UASD está obligada a revisar el estatuto universitario y a eliminar el sistema de co-gobierno, que le impide rendir los frutos que la sociedad espera de ella, y a competir en un ambiente oxigenado y auxiliado por las investigaciones científicas y la búsqueda de objetivos claros, útiles al país y a la sobrevivencia de la propia universidad estatal.