Diandino Peña es un hombre con mucha suerte. Desde la creación de la Oficina para la Reorganización del Transporte (OPRET) fue creada por el presidente Leonel Fernández, estuvo al frente, gastando cientos de millones de dólares sin supervisión ni fiscalización. Los papeles de Panamá, extraídos de las cuentas de las oficinas que manejaron sus inversiones en el exterior, pusieron en evidencia la extraordinaria riqueza de este funcionario, en un trabajo publicado en mayo del 2017 por Alicia Ortega y Omaya Pascual Sosa, y lo único que hizo el presidente fue destituirle del cargo.

Comprobadas las operaciones, y vistas las pordioseras respuestas que ofreció el ingeniero Peña a Alicia Ortega, no había forma de defenderlo. A Danilo Medina no le quedó otra opción que destituirlo, dejándole toda la protección oficial para que nadie osara inculparlo judicialmente. El Procurador General de la República se defendió con algunos gestos y palabrerías y dejó tranquilo a este hombre, que se entiende tiene la protección de Leonel Fernández.

Sus mentiras eran más que elocuentes. Sus testaferros cantaron sin miedo. Sus paños húmedos fueron tendidos a la vista de todo el mundo, y Diandino dijo que se dedicaría a orar a Dios por bendiciones más abundantes para él y los suyos. Y del lado de la oposición todo el mundo se quedó como si nada hubiese ocurrido, bajo el entendido de que a Diandino Peña había que tenerle pena, porque Alicia Ortega “lo maltrató” o le tendió una “celada”. Nada más falso.

Las 29 empresas presididas por Diandino fueron olvidadas, la red de empresas conectadas a la única dirección no llamaron la atención de las autoridades, que luego se empeñaron en aprobar una ley de lavado de activos que bien pudieron tomar como referencia para comenzar a aplicar sanciones que demostraran sus reales intenciones. Traficar con bienes públicos no merece castigo, pero dejar de pagar impuestos, o suponer que los dejas de pagar, si te hace sujeto de persecución por lavado de activos.

Diandino ha vivido tranquilo con su fortuna, desde mayo hasta noviembre, cuando de nuevo Alicia Ortega reitera su vocación de buena periodista, y nos da a conocer que en la gestión de Diandino Peña al frente de la OPRET se repartieron obras a empresas del propio director y de familiares y amigos por 4,600 millones de pesos. Si eso no es corrupción, abuso de poder, tráfico de influencia, enriquecimiento ilícito, asociación para delinquir o crimen contra el patrimonio público, habría que redefinir esos conceptos, y cambiarlos en todos los diccionarios que se han publicado desde el nacimiento de Jesús hasta nuestro siglo XXI.

Allí están implicados sus familiares, hijos, hijas, amigos, yernos, y las personas de su confianza a los cuales tuvo la posibilidad de utilizar y convertirlos en testaferros. Pero el Ministerio Público no se da por enterado, ni siquiera le pica la curiosidad, ni ha tenido tiempo para analizar la mendaz declaración jurada de bienes del susodicho personaje. ¿Es que le temen? ¿En realidad le tienen miedo a Leonel Fernández? ¿Se podría sentir lesionado Leonel Fernández si Diandino Peña es sometido a un escrutinio de sus finanzas? ¿Es Diandino a su vez garante, con sus finanzas, de la estabilidad económica de Leonel Fernández? ¿Danilo Medina le habrá pedido al Procurador General de la República no tocar a Diandino Peña? ¿Las evidencias dadas a conocer por Alicia Ortega no son suficientes para que el gobierno dominicano abra los ojos y se de cuenta que en todo el país hay interrogantes de por qué los actos y manejos de este ex funcionarios no son sujetos de acción del Ministerio Público, y sí los son los supuestos actos del Presidente del PRM, Andrés Bautista, o del ingeniero Bernardo Castellanos?

Viendo el reportaje de Alicia Ortega, y siendo testigos como lo somos todos en este país de la inacción o indiferencia del Ministerio Público, hay que concluir que nadie podrá ser sometido por corrupción después de que el gobierno arrope con su manto protector al director de la OPRET suspendido en funciones, hasta ahora. ¿Lo veremos de nuevo en un puesto público? Eso es posible, para vergüenza de todos.