Los daños provocados por Irma aún están por determinarse. Ya se conoce que en las islas del Caribe provocó por lo menos la muerte de 28 personas, y produjo daños materiales y a la producción agrícola de gran dimensión en San Martín, Guadalupe, Antigua y Barbuda, Turcas y Caicos y en Puerto Rico, Cuba y en la República Dominicana.
Los daños en nuestro país han sido el resultado de las inundaciones y los vientos. Una buena parte de la producción de plátanos, por ejemplo, recibió un daño que estar por evaluarse todavía. El gobierno dominicano creó una comisión para evaluar la dimensión de los daños.
Sin embargo, si nos comparamos con lo ocurrido en Puerto Rico y en Cuba, hay que concluir que fuimos el país menos afectado de las antillas mayores. Cuba fue impactado en su territorio por el huracán Irma, y los daños materiales son cuantiosos en viviendas, infraestructuras públicas, como puertos y carreteras, y les llevará tiempo a los cubanos recobrar la normalidad.
El gran daño, sin embargo, lo están recibiendo los miamenses, que desde la tarde del sábado han conocido la furia del huracán más peligroso que conoce la historia reciente.
Millones de personas tuvieron que desplazarse en la Florida. La gente no sabía para donde ir. Muchos se fueron desde el centro de la ciudad hacia Tampa y Naples, por ejemplo. Y esas ciudades fueron importadas más directamente que cualquier otra ciudad por el huracán Irma.
Ha sido común que los organismos de prevención funcionen con eficacia en Islas Vírgenes Británicas como en Puerto Rico, Cuba, Bahamas, República Dominicana y el Estado de la Florida.
Estados Unidos acaba de producir el mayor desplazamiento humano de su historia, con el movimiento de más de seis millones de personas desde Miami, Orlando y algunas otras ciudades, principalmente hacia Georgia las Carolinas.
La ubicación de refugios, con atenciones médicas y alimentación es una hazaña extraordinaria. Las autoridades norteamericanas, principalmente los gobiernos locales, han hecho un gran esfuerzo de orientación y protección de las vidas de las personas. Eso es sumamente positivo. En Estados Unidos, en particular en la Florida, se han borrado las diferencias políticas para empujar en una sola dirección. Y eso habla muy bien de la respuesta que se ha dado ante un fenómeno devastador, fuerte, destructible como ha sido Irma.
Aún se desconoce los daños que ha provocado este huracán, incluso si existen tragedias humanas más allá de las conocidas, sin embargo, algunas lecciones nos deja este fenómeno.
La planificación es fundamental para evitar tragedias.
Vale más prevenir que remediar, dice la gente, y es lo que han hecho los gobiernos de nuestras islas del Caribe y las Antillas, y lo que han hecho las autoridades de Estados Unidos.
No es posible predecir con exactitud el curso de un huracán, pero la ciencia hasta ahora ha logrado extraordinarios avances que son útiles y sirven a nuestros países para proteger a sus ciudadanos.
Haría falta la conformación de algún organismo regional de protección común ante fenómenos que están presente cada año en nuestra zona, y en particular en la llamada temporada ciclónica, que se inicia en junio y termina en noviembre. Está claro que el cambio climático y el deterioro del medio ambiente es uno de los fenómenos que influye en que los ciclones que nos azotan sean cada vez más fuertes y devastadores. Pocas veces habíamos tenemos tres ciclones activos al mismo tiempo, haciendo daño, q=como ha ocurrido en esta ocasión con Irma, Erika y José. Al mismo tiempo México y Guatemala han sido impactados por un terremoto de grandes dimensiones, que hasta el momento en México ha provocado la muerte de casi 100 personas.
La solidaridad es lo que debe ocurrir en cada uno de nuestros países, salvando las diferencias políticas. Si el gobierno dominicano puede ayudar a Cuba en su recuperación, que lo hagamos, del mismo modo que dispongamos apoyo para Puerto Rico. Se dirá que primero debemos reparar nuestros problemas, los causados por Irma, y así debe ser. Pero ello no debe dejarnos de brazos cruzados frente a los demás países afectados, con sólo una expresión verbal de solidaridad.
Lo que hemos visto es que Irma ha sido una tragedia, y que la dimensión del daño todavía la desconocemos.