Diandino Peña está convirtiéndose ahora en experto en calcular los costos de una investigación periodística. El director de la Oficina Para el Reordenamiento del Transporte Terrestre (OPRET) ha dicho que la investigación periodística realizada por Alicia Ortega y Omaya Sosa Pascual tiene un costo demasiado alto para que haya sido financiada por el empresa SIN, propietaria del programa El Informe.
¿Cómo se aventura Diandino Peña a estimar un costo tan alto para una investigación periodística si apenas puede mencionar el monto de su propia fortuna? ¿Cómo se atreve Diandino Peña a entrar en un terreno desconocido, como el periodismo, si apenas ha podido responder una pregunta sobre la cantidad de empresas offshore que ha creado, por propia voluntad, para ocultar sus bienes?
¿Cómo se atreve Diandino a aventurar que el Grupo SIN no tiene recursos para hacer una investigación periodística, si esa empresa es multimillonaria y ha demostrado ser exitosa en lo que hace? ¿De dónde vienen los conocimientos empresariales de Diandino sobre medios de comunicación, si hasta el momento no se le conoce que haya incursionado en ninguna empresa periodística, ni televisiva, ni radiofónica?
¿Cómo puede cuestionar Diandino Peña a la periodista Alicia Ortega, por la investigación que hizo, si él ni siquiera colocó el 20 por ciento de los datos que le reclama la Ley 311-14 sobre Declaración Jurada de Patrimonio de los funcionarios?
La entrevista y el reportaje de Alicia Ortega y Omaya Sosa se dieron a conocer el lunes. Este jueves Diandino decidió acudir a un programa de radio para responder preguntas sobre lo mal que quedó en El Informe, y para comenzar lo que parece una campaña de ataques y cuestionamientos contra Alicia Ortega.
En esos tres días que transcurrieron, Diandino pudo consultar con sus asesores y buscar una salida para tratar de borrar la imagen de desconcierto y abandono que dejó al ser preguntado sobre el ocultamiento de sus empresas y el uso de testaferros. Todavía este jueves Diandino no estaba en condiciones de decir a cuánto asciende su fortuna. Eso no es posible descifrarlo, ni él ni los miembros de la Cámara de Cuentas luego de analizar su Declaración Jurada de Patrimonio. No hay forma de saberlo, y tampoco es posible suponerlo. Está todo tan enmarañado que habría que buscar a muchos especialistas, y tal vez al conjunto de los asesores financieros de los que habla Diandino, para que se acerquen, y ni lo logran.
El director de la OPRET está obligado a ofrecer explicaciones a las autoridades de la Cámara de Cuentas y al Ministerio Público, y también a la Dirección General de Impuestos Internos (DGII). Lo que el país recibió como información fue un aluvión de sorpresas en el ámbito de la creatividad evasora dominicana, y corresponde al ministro de Estado Diandino Peña convencer a las autoridades y a la sociedad sobre la licitud de su fortuna.
Diandino Peña puede seguir visitando medios de comunicación, e incluso seguir recibiendo aplausos por los entrevistadores, y puede seguir intentando convencer a quienes quieran oirle sobre las supuestas intenciones maliciosas de Alicia Ortega, pero para lograrlo tendrá que ser sincero, intentar ser honesto, y decir la verdad. Una posibilidad es que Diandino solicite a la Cámara de Cuentas una auditoría forense sobre sus sociedades y bienes, y entregar los resultados al país. Tal vez Alicia Ortega llegue a sentirse satisfecha. Ella tiene todo el derecho de seguir esperando respuestas de Diandino, y la entrega de los documentos que él le prometió serían entregados el viernes.
De una cosa nos estamos convenciendo: Como Diandino no ha negado la veracidad ni autenticidad de los documentos que posee Alicia Ortega, hay que concluir que la persona que mejor conoce, hoy día, la magnitud de la fortuna de Diandino Peña es la presentadora de El Informe. Sin ninguna duda. El trabajo de investigación de Alicia Ortega y Omaya Sosa Pascual sigue teniendo una vigencia y calidad incuestionable. Cada día que pasa esa investigación se fortalece.