La estabilidad política ha sido la norma de la democracia dominicana a partir de las elecciones de 1978, cuando se instaló el Partido Revolucionario Dominicano en el gobierno y el entonces presidente de la República Antonio Guzmán Fernández inició las grandes transformaciones del sistema político e institucional dominicano.

Incluso el sistema electoral comenzó a ser transformado a partir de ese momento, con la selección de jueces electorales independientes o con vocación de independencia más allá de los que se habían tenido hasta ese momento. Y hubo alternancia en el poder.

El PRD fue gobierno por dos periodos consecutivos de gobierno, uno con Antonio Guzmán y otro con Salvador Jorge Blanco como presidentes. Joaquín Balaguer participó en las elecciones de 1986, y aprovechando una fragmentación del PRD, que llevó como candidato presidencial a Jacobo Majluta, ganó las elecciones y se produjo su espectacular retorno al poder, luego de haber sido declarado un cadáver político.

Las condiciones habían cambiado y Balaguer no pudo ser el mismo presidente de los 12 años. Se adaptó a la nueva realidad democrática, pero retomó los métodos conocidos por él de dividir a sus adversarios para quedarse en el poder. No existía la prohibición de la reelección presidencial. Y ni Antonio Guzmán ni Jorge Blanco se reeligieron, pero Balaguer era reeleccionista y preparó el aparato del Estado para su reelección en 1990, en medio de una gran crisis económica.

El candidato a vencer era Juan Bosch, que se presentaba por el Partido de la Liberación Dominicana. Con todas las condiciones para llegar nuevamente a la presidencia, Juan Bosch y el PLD fueron víctimas del fraude electoral en dos dimensiones: Uso excesivo y descarado de los recursos públicos en la campaña reeleccionista, y control completo de la Junta Central Electoral, no solamente a través del presidente del organismo, Manuel García Lizardo, sino de los demás integrantes de la entidad rectora y organizadora de las elecciones.

Hubo crisis política. Juan Bosch anunció su retiro del país y acusó a Balaguer de ser el responsable de la destrucción del orden constitucional. El entonces secretario de prensa del PLD, Leonel Fernández, escribió un libro titulado “Radiografía de un poder usurpado”, describiendo el fraude que se ejecutó contra el PLD y contra el profesor Juan Bosch.

Cuatro años después llegaron otra vez las elecciones, y el candidato oficialista decidió seguir. Balaguer era reeleccionista consuetudinario. Independientemente de su avanzada edad y de estar ciego, lanzó las tropas de la reelección a las calles, esta vez contra el candidato del PRD, José Francisco Peña Gómez.  Y otra vez hubo fraude…contra Peña Gómez. Pero la presión local e internacional forzaron un pacto que implicó la reforma de la Constitución, la prohibición de la reelección presidencial, la creación de una nueva Junta Central Electoral, la creación del Consejo Nacional de la Magistratura para designar los jueces, y aprobar el voto de los dominicanos en el exterior. El doctor Balaguer propuso a Peña Gómez que gobernaran cada uno dos años, pero esa oferta fue rechazada, y a los dos años hubo elecciones presidenciales nuevamente. Sin Balaguer de candidato. El reformismo llevó a Jacinto Peynado.

Se enfrentaron Leonel Fernández, que había sido candidato vicepresidencial del PLD en 1994, Jacinto Peynado, del PRSC, y José Francisco Peña Gómez del PRD. Peña Gómez quedó en primer lugar, pero sin alcanzar el 50 por ciento más un voto, Leonel Fernández en segundo lugar con un 39 por ciento, y Jacinto Peynado en tercer lugar con un 15 por ciento de los votos. Balaguer no votó por Peynado en la primera vuelta.

El 30 de junio se celebró la segunda vuelta electoral. Previo se creó el Frente Patriótico, integrado por reformistas y peledeistas, con Juan Bosch y Joaquín Balaguer a la cabeza, y el joven Leonel Fernández, con apenas 42 años ganó las elecciones presidenciales para el período 1996-2000.

Esa es la historia.

Leonel no aspiró a la reelección, Hipólito Mejía ganó las elecciones del 2000, y quiso repetir en el 2004, para lo cual cambió la Constitución en el 2002 de modo que permitiera la reelección. Leonel retornó al poder en el 2004, repitió en el 2008, y quiso seguir para el período 2012-2016. La reforma constitucional del 2010 no le permitió esa posibilidad, porque el PRD estaba en contra de la reelección, lo mismo que Danilo Medina, como jefe de una de las fuerzas internas del PLD que aspiraba a una postulación presidencial.

Como son las cosas de la político. Hemos vuelto a restaurar la reelección presidencial para darle ese chance a Danilo Medina, quien ha concentrado un esfuerzo extraordinario para ganar la reelección y el control absoluto del PLD. Veremos si logra estos propósitos.