La elección del bufete directivo de la Cámara de Diputados fue la nota más destacada de este 16 de agosto, de renovación de las directivas de las cámaras legislativas y las salas capitulares de los cabildos.
El pacto político del Partido de la Liberación Dominicana del 28 de abril de 2015, más los acuerdos que se habían establecido para alternar en la presidencia de la cámara baja a legisladores de las dos tendencias predominantes del PLD, quedó roto con la reelección de Radhamés Camacho en la presidencia, y no del legisladores previamente señalado, Demóstenes Martínez.
Se trata del acto de desavenencia institucional más notable del PLD en mucho tiempo, aparte de la ruptura de los acuerdos para la periodicidad de las regiones de los organismos de dirección, como el Comité Político y el Comité Central.
Los dos grupos estaban seriamente distantes con el tema de la reforma de la Constitución de la República. Finalmente, el presidente Danilo Medina declaró que no buscaría reformar la Constitución y que no intentaría reelegirse en el 2020. Leonel Fernández resultó ganancioso en su criterio de que la Constitución no debía reformarse. En la reunión del Comité Central se aprobó en bloque a once aspirantes a la nominación presidencial, incluyendo a Leonel Fernández, sin contar los votos individualmente de cada uno. Fue una señal de unidad y ausencia de revanchismo.
Ahora es otra cosa. La Constitución sigue pendiente de ser modificada y en esto la presidencia de la Cámara de Diputados juega un rol valiosísimo para los partidarios de que el presidente Medina sea habilitado para participar en las elecciones del 2024.
Leonel Fernández ha sido claro en que no es posible habilitar a Medina en este momento. Demóstenes Martínez, en caso de ser escogido en la presidencia de la Cámara, iba a cumplir con la postura del doctor Fernández sobre este y muchos otros temas. La reelección de Camacho tiene de fondo el propósito de facilitar en la Cámara de Diputados un debate más llevadero sobre la habilitación de Danilo Medina. Esa es la razón de la ruptura de ese pacto. Pero esa ruptura abre nuevas heridas en el PLD.
Martínez ha dicho que el pacto político del PLD fue convertido en ley, y que él se reserva el derecho de acudir ante el Tribunal Constitucional para hacer cumplir ese acuerdo, contra la reelección de Camacho. Además de velar y decidir los casos de constitucionalidad, todo el mundo sabe que esa alta corte tiene posiciones políticas. Entre danilistas y leonelistas ¿cómo andan las fuerzas entre los mismos del Tribunal Constitucional hoy día?
El PLD y el gobierno que encabeza están sometidos a tensiones como consecuencia de las primarias previstas para el 6 de octubre de este año. La reelección de Camacho incidirá en las decisiones políticas que se tomen en los próximos días y en un aumento de las tensiones entre los per-candidatos peledeistas. Sigue siendo un momento de gran expectativa política, y un gran chance para la oposición.