Danilo Medina se convierte oficialmente en el candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana para las elecciones del 2012.

Ha sido una larga batalla política para el veterano dirigente político y estratega electoral. La batalla al interior del PLD ha sido larga y contra unos adversarios importantes. Mucha gente no creía que Danilo Medina podría torcerle el brazo al presidente Leonel Fernández, quien aspiraba a una nueva repostulación, aunque la Constitución del 2010 expresamente lo prohibía.

Medina siempre tuvo serenidad y paciencia. “Crean en mi -fue lo que dijo y repitió- cuando más negras sean las nubes, estén tranquilos y no se peleen con nadie, yo seré el candidato presidencial del PLD”. Y su estrategia ganó la batalla. Leonel Fernández hoy día es uno de los líderes del PLD que apoya la candidatura de Danilo Medina. No se descarta que la actual primera dama, Margarita Cedeño de Fernández, pueda ser la compañera de fórmula de Danilo Medina.

Danilo es una persona que trabaja arduamente, que no se detiene, que sabe dónde podrían estar sus debilidades y que ha trabajado en muchos procesos electorales exitosamente. Fue candidato presidencial en el 2000, pero las circunstancias le fueron adversas y apenas pudo alcanzar un 24% de los votos. Entonces se enfrentó a Hipólito Mejía.

Doce años después vuelve a ser el candidato presidencial del PLD, y se enfrentará a Hipólito Mejía, que ha salido adelante y desde el principio presenta ventajas significativas, se acuerdo con las encuestas.

La proclamación de este domingo de Danilo Medina como candidato presidencial del PLD debe marcar un antes y un después en esta campaña electoral. Mejía ya fue proclamado y camina por todo el país consolidando sus aspiraciones. Lo mismo corresponde ahora a Danilo, quien previamente ha designado a un jefe de su campaña y a los coordinadores regionales, provinciales y municipales.

Danilo debe ahora remontar en sus aspiraciones para alcanzar el poder. Deberá guiarse con una estrategia clara respecto del líder de su partido y presidente de la República, Leonel Fernández. Si es el candidato del continuismo debe dejarlo claro, porque está siendo postulado por el partido de gobierno. Si quiere establecer una distancia del gobierno, para evitar que sus aspiraciones resulten lesionadas por el fardo negativo del ejercicio gubernamental, también debe dejarlo claro. El ejercicio del poder desgasta, y no es extraño que así ocurra con el PLD.

La última encuesta Gallup-Hoy determinó que el 80% de los ciudadanos entiende que el país va por mal camino y que no tiene perspectivas de mejorar. Eso afecta las aspiraciones de Danilo. Su discurso es positivo, tiene planes nuevos y diferenciadores, pero está obligado a diferenciarlos de los que ha puesto en marcha Leonel Fernández.

Danilo es un político de experiencia. Y sabe que no puede dormirse en los laureles. El trabajo político es fundamental y debe hacerlo para conseguir despertar el entusiasmo del PLD y de los que no son peledeístas. Son los elementos subjetivos de la contienda electoral. Hay que desear suerte a un hombre que quiere ejercer el poder para demostrar que es un discípulo de Juan Bosch. Que tenga suerte.