El presidente Leonel Fernández promulgó la Ley Orgánica del Ministerio Público, con lo que se abre el proceso para la creación de la Policía Técnica Investigadora, un organismo que coloca en manos de los fiscales las investigaciones que hasta este momento están en manos de la Policía Nacional.
Hizo bien el presidente en desoir los reclamos del Jefe de la Policía, el general José Armando Polanco Gómez, quien reclamaba que no le quitaran más funciones al organismo que dirige. Pero hay que decir que el jefe de la Policía no tiene razón y estaba reclamando un contrasentido, dado que no ha funcionado bien, y debió haberse hecho el cambio hace mucho tiempo: La Policía Nacional como responsable de la investigación criminal ha sido y sigue siendo un gran fiasco.
El Ministerio Público, encabezado por la Procuraduría General de la República, es el jefe de la política criminal del Estado. Ese papel no puede ser distraído ni dejado en manos de ningún órgano represivo, como es el caso de la Policía Nacional.
Si hay una institución sobre la que recae el gran peso de la sospecha pública de que no marcha bien, de que sus miembros están en otras actividades distintas a las de su incumbencia, esa es la Policía Nacional. Cuando hay un crimen o un robo uno de los procedimientos habituales debe ser indagar a los miembros de la Policía, porque casi siempre tienen vínculos o relaciones.
Y no se trata de los bajos salarios que reciben los miembros de la Policía. Es que hay una cultura entronizada en sus miembros, para delinquir y hacerse de lo ajeno. Es lamentable que así sea, pues hay también en la Policía Nacional gente honesta, bien entrenada y con una visión de cómo mejorar a ese cuerpo, pero carece de influencia.
Es un caso terrible de distorsión y de capacidad para hacer daño. Hay policías que alquilan sus armas a delincuentes para robar y compartir lo robado, hay policías que ofrecen informaciones estratégicas a los ladrones, hay policías que forman parte de bandas, y hay policías que encabezan bandas delincuenciales utilizando sus armas de reglamento, el uniforme y las demás indumentarias que se pone a su servicio.
Como cuerpo, la Policía refleja ese espíritu en sus investigaciones. Se atrasa, se involucra, cobra peajes, alega falta de recursos y muchas otras formas para no cumplir con su trabajo. Recientemente la Policía de Bonao se negó a investigar un robo denunciado, y luego de identificado por ladrón por el afectado, cuando se le notificó el dato y se le dijo que debía actuar con todas las pruebas en las manos, los agentes alegaron falta de combustible en sus vehículos para trasladarse a cumplir con su deber.
Donde quiera que ocurre un crimen o un delito debe investigarse y castigarse, con todos los procedimientos de ley. Sin abuso y sin desmedro del derecho a la defensa que tiene todo ciudadano.
Por eso, está muy bien por el presidente el haber desoído las quejas del jefe de la Policía Nacional. El Procurador General de la República es quien debe encabezar la Política criminal del Estado y es quien debe dirigir la Policía Técnica Investigadora. En medio de todas las noticias negativas de los últimos días, hay que decir que esta promulgación de la Ley Orgánica del Ministerio Público es una muy buena información.