El movimiento Marcha Verde optó, con motivo del primer aniversario de la extraordinaria marcha contra la impunidad y la corrupción del 22 de enero del 2017, por realizar una marcha el próximo 28 de enero, que será domingo, hacia el Palacio Nacional.
Marcha Verde, en enero del 2017 discutió propuestas para que la dirección que se tomara incluyera la parte frontal del Palacio Nacional. Era el momento inicial del conocimiento de los datos sobre los sobornos de Odebrecht, y la indignación estaba muy latente.
Dentro del movimiento hubo quienes apostaron por evitar la marcha verde al palacio de gobierno, por las implicaciones políticas que conllevaba y por los riesgos de seguridad que implicaba una concentración de miles de personas frente al Palacio Nacional. Al final el recorrido pasó por una de las avenidas laterales a la casa de gobierno, la avenida 30 de Marzo, y la concentración y conclusión se realizó en la Puerta del Conde, frente al Parque Independencia.
Hubo varias concentraciones en diversas ciudades como Puerto Plata, Santiago, San Francisco, San Pedro, Azua, aparte de varios movimientos y acciones de calentamiento, que no implicaron choque alguno con las autoridades, y las marchas verdes quedaron en la imaginación popular como protestas pacíficas, limpias, sin alteración de ningún tipo, respetuosas, a las que podían acudir familias, personas con sus hijos pequeños y hasta personas con algún tipo de incapacidad.
Cuando se planeó la gran marcha verde en la capital dominicana, luego de muchas otras en ciudades del norte, sur y este, se propuso el 16 de julio la más grande concentración hasta ahora realidad en la capital dominicana.
Esa concentración se realizó desde la avenida Máximo Gómez con 27 de Febrero y recorrió las avenidas Máximo Gómez, Bolivar y Enrique Jiménez Moya, para concluir en el Centro de los Héroes. Nunca antes la capital dominicana había visto tantas personas reunidas, con un color intenso, esperanzado, reclamando del gobierno y de los partidos políticos el cese de la impunidad, de la corrupción y el sometimiento judicial de los responsables de sobornos.
En esa ocasión las tensiones en Marcha Verde fueron más que evidentes, porque grupos internos presionaban y querían que esa concentración se realizara hacia el Palacio Nacional. La moderación, la ecuanimidad y la cordura primó entonces y no se hizo el desafío hacia el Palacio de Gobierno.
Para el 28 de enero de este año, sin embargo, quienes querían ir al Palacio Nacional lograron su propósito y la marcha está encaminada en toda su logística para concluir frente al Palacio Nacional. Nadie debe olvidar que allí ha habido tragedias y muertes de personas inocentes por concentraciones de reclamos políticos, de libertades públicas, de presupuesto para la universidad estatal o de sindicatos reclamando salarios. Como estamos en democracia, ningún acontecimiento violento debe ocurrir, y el gobierno tampoco impedirá que la Marcha Verde coloque miles de personas en sus inmediaciones.
¿Y si el gobierno niega la marcha hacia las instalaciones del gobierno central? ¿Estará el gobierno en condiciones de que sus agentes preserven el perímetro gubernamental sin sobrepasarse en sus celos de protección? ¿Marcha Verde tendrá el control de sus más inquietos militantes cuando se encuentren frente a la casa de Gobierno?
No debe ocurrir ningún incidente, como hasta el momento no ha ocurrido ninguno en las muchas marchas que ha hecho el movimiento Verde. Lo deseable es que la marcha funcione, que el gobierno sienta la presión y el reclamo, y que pueda responder de forma democrática a esos reclamos.