La región sur de la República Dominicana cuenta con las condiciones para desarrollar la industria turística y mejorar las condiciones de vida de una porción importante de sus habitantes.
Los dominicanos y dominicanas del sur han esperado mucho, de hecho cientos de años, por un impulso económico que los saque de la condición de región más pobre de la República Dominicana.
Gobiernos vienen y van, y con ellos las promesas que parece llevárselas el viento.
En la presente administración se han hecho anuncios de proyectos para impulsar el desarrollo turístico del sur, sobre todo en Barahona y Pedernales, provincias que cuentan con bellísimas playas. En la provincia Peravia ya existen proyectos en marcha, que representan una gran esperanza para esta demarcación.
En el sur, y específicamente en Pedernales, las cosas se pueden hacer bien desde el principio, pues los dominicanos ya no somos principiantes en materia del turismo, y sabemos qué se debe o no se debe hacer para lograr el desarrollo del turismo con un impacto ambiental mínimo.
Ahora, un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), auspiciado por los ministerios de Industria y Comercio, Presidencia y Turismo, destaca que Pedernales se encuentra en un momento “estratégico” para potenciar y comercializar su oferta turística, a través de una articulación de la inversión pública y privada, sin dañar el medioambiente.
El diagnóstico “Cadena de Valor de Turismo en la Provincia de Pedernales” describe el creciente interés que despierta la provincia, así como los principales obstáculos a superar para aprovechar su gran potencial turístico, especialmente en el área de Bahía de las Águilas.
No obstante, señala como un serio obstáculo para la atracción de inversiones hacia Pedernales, el problema de la falsificación de títulos de propiedad y la incertidumbre que genera la falta de seguridad jurídica en materia inmobiliaria.
Por tratarse de un asunto del más alto interés del gobierno del presidente Danilo Medina, habrá de esperarse que se ponga todo el empeño en resolver definitivamente esta situación, de común acuerdo con las demás instancias del Estado dominicano que tienen incumbencia en esta materia.
Pedernales, y el sur como región, tienen la ventaja de que pueden planear mejor la explotación turística de sus playas y demás atractivos naturales, tomando en cuenta los errores y tropiezos ocurridos en las regiones pioneras en la industria turística (la costa norte y el este).
Es decir, en el sur, y específicamente en Pedernales, las cosas se pueden hacer bien desde el principio, pues los dominicanos ya no somos principiantes en materia del turismo, y sabemos qué se debe o no se debe hacer para lograr el desarrollo del turismo con un impacto ambiental mínimo.
De lograrse el despegue de la industria turística en Pedernales, Barahona y otras provincias sureñas, en pocos años cambiaría la historia de atraso y abandono de esa bella región, digna de mejor suerte y merecedora de la atención del Estado.
Que termine ya la larga espera del sur dominicano.