Las declaraciones de Servio Tulio Castaños Guzmán, vicepresidente de la Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS) sobre la investigación que realiza la comisión designada por el presidente Danilo Medina para investigar el contrato de Punta Catalina, ya coloca un montón de dudas sobre la calidad de la información que allí se ha reunido y las dificultades que tienen para ponerse de acuerdo los miembros de la mencionada comisión.
Las opiniones y datos datos a conocer por Persio Maldonado, director de El Nuevo Diario, y miembro de la comisión en el sentido de que el informe sobre Punta Catalina sería remitido al Ministerio Público, deja también otras dudas sobre lo que ya saben los designados por el presidente, y que presumiblemente no sabe el Procurador General de la República.
Agripino Núñez Collado, coordinador de la comisión y director del Consejo Económico y Social (CES), ha dicho que el informe que se redacta y que estaría listo en por lo menos un mes, recogerá toda la verdad sobre la licitación y adjudicación de la obra al Consorcio Odebrecht, Acero Estrella y Technimont.
Celso Marranzini, Pepín Corripio, Jaime Aristy Escuder y otros miembros de la comisión han guardado silencio. Se entiende que entre los designados hubo algún acuerdo sobre quién ejercería como vocero de esa comisión. Que haya un vocero no invalida a los demás miembros a hablar sobre lo que han descubierto. Castaños Guzmán ha dicho con bastante claridad que la firma consultora contratada por la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), Stanley Consulting, fue irresponsable y asumió funciones que no le correspondían. Eso explicaría la no firma de las actas por los señores Ramón Flores e Isidoro Santana. También ha dicho que Odebrecht confesó pago de sobornos en las obras contratadas en la República Dominicana entre el 2001 y el 2014, y que la única obra contrata en el 2013 por el gobierno con Odebrecht fue Punta Catalina. Eso quiere decir que el acuerdo para las plantas de carbón estuvo infectado por los sobornos. Deducción sencilla, nada alambicada, sobre lo que ha observado el vicepresidente ejecutivo de Finjus.
Se entiende que el 19 de mayo, es decir el próximo viernes, el Procurador General de la República recibiría la lista de las personas receptoras de los sobornos pagados por la Odebrecht a lo largo de 13 años, y que fueron estimados en 92 millones de dólares. Pareciera que está por darse un acoplamiento entre los comisionados por Danilo Medina para revisar el contrato de Punta Catalina y la entrega por parte del Ministerio Público de Brasil de su lista. Sería interesante saber por qué esta coincidencia.
La otra cosa significativa es saber qué hace la Procuraduría General de la República para aplicar la ley y para poner fin al robo y pillaje con los fondos públicos. Hasta ahora, luego de casi cinco meses, el Procurador Jean Alain Rodríguez no tiene un solo resultado, ni ha dado demostraciones de haber hecho nada, salvo el acuerdo de indulgencia que homologó un juez y que compromete al gobierno a no someter judicialmente a ningún funcionario de Odebrecht, con la salvedad de que la empresa entregará 184 millones de dólares en un período de ocho años.
Con este cuadro ético y moral, y de desprotección casi absoluta de la dignidad pública, el gobierno del presidente Medina sigue siendo víctima de su falta de acción. La sospecha generalizada es legítima, por más inversiones que hagan las autoridades en pagar bocinas y financiar a quienes estén dispuestos a defenderlos. Ya no vale la pena insistir en que el gobierno debe demostrar su honestidad y que no hubo financiamiento a la campaña electoral ni se compró la modificación de la Constitución. Si es verdad que no hay soborno ni corrupción, y si usted es serio en su actuación, actúe contra quienes sí han violado la ley y la dignidad del Estado, y puesto en riesgo los bienes públicos.
Punta Catalina, con la única investigación de una comisión del Presidente, seguirá siendo un paño húmedo que demandará mucha cautela en su manejo, para que quien lo haga no quede sucio y hediondo.