La matazón contra palestinos en la empobrecida Franja de Gaza es noticia que recorre el mundo. Igual lo hacen las informaciones que dan cuenta de decenas de muertos a manos de la represión policial en ciudades colombianas.

Y si lamentable es la ocurrencia de hechos tan aborrecibles, mayor es la pena de saber que para muchos, ver noticias como éstas no pasan de ser contenido para programas de televisión.

Ayer, y mucho más hoy con la multiplicidad de medios al alcance de muchos, las crónicas ensangrentadas por el abuso de poder no logran concitar  interés más allá de la necesidad de ver noticias como ver un circo. No se origina la solidaria empatía que debería despertar el que seres humanos, como los propios espectadores de noticieros, caigan abatidos por balas, bombardeos o explosiones.

Existe una dolorosa indiferencia ante el exterminio insensato. Una indiferencia que no muere.

Es lastimoso que en un mundo tan hiperconectado, una masacre tras otra solo sea vista como un suceso aislado, pese a su persistencia en el tiempo, y que personas de distintas latitudes solo queden a la espera de la próxima noticia. Tal si fueran compartimentos estancos.

Asistimos cada vez con mayor y preocupante frecuencia una normalización horrorosa de la hecatombe en la que nuestra capacidad de asombro se ve peligrosamente desafiada.

Nos estamos devorando los unos con los otros y estamos ofreciendo ese triste espectáculo delante de las fieras.

Lo peor es que ni siquiera eso es noticia.

Delta Soto

Acento.com.do/Fuente Externa/Delta Soto

El COVID 19 ha sumado a su ominoso obituario a Delta soto, una Gran Señora del teatro que nos deja como legado no solo memorables actuaciones sino también una trayectoria artística y personal digna de emulación.

Con sobrado talento, dedicó muchos años a hacer del teatro una obra y lo mismo forjó enseñanza meritoria y promoción del arte desde una perspectiva rupturista. Fue por igual una voz que se alzó contra la ignominia y la injusticia.

Delta Soto se eleva con su muerte a un Olimpo de verdaderos elegidos. Porque será recordada siempre como una Gran Señora del Teatro.