La Sacra Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio), del Vaticano, anunció la separación del sacerdocio del ex nuncio en la República Dominicana, Jozef Wosolowski, de origen polaco, que estuvo en la República Dominicana en representación del Papa y se dedicó a la prostitución de menores, la pederastia y al uso de drogas y otras aberraciones de no menor envergadura.

Estuvo entre nosotros durante 5 años, vistiendo los ropajes de obispo y dignatario eclesiástico, representando a los papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, siendo el Decano del Cuerpo Diplomático, y depredando sexualmente a menores de edad, particularmente pobres y con familias desestabilizadas, tomándoles fotografías en actividades sexuales, drogándose y drogando a los menores, manoseándoles sus genitales, durmiendo con los niños de las familias de Juncalito, el Distrito Municipal de Santiago, que les traía el sacerdote Wojciech Waldemar, más conocido como Wojciech Gil, quien también depredó sexualmente a docenas de niños y luego salió huyendo para Polonia, donde se encuentra procesado judicialmente.

Es un avance que la Iglesia Católica haya decidido anunciar el procesamiento de Wosolowski, y que la misma semana el que el obispo auxiliar de la República Dominicana Víctor Masalles denunciara que vio al ex nuncio paseándose por las calles del Vaticano, también se informe que ha sido despojado de las dignidades eclesiásticas que utilizó para hacerse pasar como una mansa ovejita, siendo lo que era, un lobo abusivo y embaucador de menores.

El proceso legal del Vaticano ayuda al acusado. Es secreto. No se sabe cómo se produce, no se conocen los detalles, ni las pruebas, ni quienes son los jueces. En ese sentido el criminal tiene ventajas. Se dice que luego de la sentencia Wosolowski tiene dos meses para apelarla. Es seguro que lo hará. Luego de la apelación, se podrá iniciar el proceso penal contra el acusado, con parecidos procedimientos por parte de los órganos del Vaticano.

La sede de Roma ha dicho que ningún país ha presentado demanda de extradición. Y que por tanto, no existe en este momento la posibilidad de que Wosolowski sea juzgado en República Dominicana o en Polonia.

Nuestro país tiene que demandar la extradición. Es justo que lo haga, porque aquí fue donde ese lobo cometió sus crímenes conocidos. Si no hubiese sido por los medios de comunicación, y particularmente por las denuncias de Nuria Piera, no se hubiese conocido lo que estaba ocurriendo con este criminal, que se codeaba con las altas instancias oficiales, empresariales, eclesiásticas, como si no fuera un depredador sexual de las dimensiones que ahora se le conoce.

En la justicia internacional hay experiencias con el juzgamiento múltiple de sujetos criminales. Estados Unidos, por ejemplo, condenó a Manuel Antonio Noriega, luego fue extraditado a Panamá, donde se le condenó, y Francia también lo juzgó y lo condenó. En este caso, si Polonia desea juzgar a Wosolowski, que lo haga, pero quien no puede dejar de pedirlo en extradición y juzgarlo es la República Dominicana.

Es lo que corresponde, y por los vientos que comienzan a soplar en la Iglesia, con Francisco como papa, es una posibilidad que podría quedar abierta.