El presidente Danilo Medina habló anoche al país y anunció nuevas medidas económicas y medidas para ampliar la recepción de enfermos por coronavirus en los centros de salud. También habrá facilidades financieras para los más pobres, aumento de los montos que otorgan los programas sociales del gobierno, y pidió a las personas quedarse en casa, como solución a la expansión del virus.

El presidente lució conmovido por los acontecimientos y en la práctica rogó a los ciudadanos no salir de casa. No se refirió al toque de queda, al incumplimiento del mismo, ni a las demás restricciones. El virus sigue creciendo. El presidente dijo que el gobierno está alquilando dos clínicas privadas para dedicarlas a atender a personas infectadas.

Y no dijo nada sobre la estrategia nacional para detener la expansión del virus. Cada día es mayor el número de personas con infección. Ayer eran 392 personas, hoy serán más de 500, y pasado mañana estaremos cerca de los 800 y tal vez.

El presidente anunció la adquisición de kits de detección rápida del virus. Millones de pesos serán dedicados a comprar productos paliativos. Pero el virus continuará, como ha seguido en Italia, en España y como está creciendo en todos los países de América Latina.

Pese a la gran cantidad de dinero que disponga el gobierno los casos demandarán camas hospitalarias, nuevas clínicas privadas, clínicas privadas convertidas en hospitales públicos, y hoteles cerrados convertidos en nuevos hospitales. Faltarán profesionales de la salud, médicos que ya se retiraron están siendo llamados para volver a ofrecer servicios.

Esto que vivimos no se había pensado que pudiera ocurrir. Sólo unos cuantos en el mundo habían imaginado una catástrofe de estas características. La economía va en picada, y cada día será peor. Y mientras no haya solución al tema de la salubridad no habrá salida de la crisis económica. Nuestro déficit fiscal aumentará. Los fondos previstos para recibir este año por parte de Hacienda disminuirán terriblemente. Las demandas de la sociedad aumentarán sobre las autoridades.

La salud está primero que la economía. Mientras el virus siga adelante, mientras tengamos posibilidad de expansión del virus aquí no habrá reactivación de las actividades productivas, ni del turismo, ni de la industria, ni de los servicios. La prioridad para el gobierno debe ser la salud de la sociedad dominicana. Detener la expansión del virus.

Las políticas públicas deben dirigirse en esa dirección, y debemos poner en práctica una estrategia nacional, a la que se sumen todos los sectores, incluyendo los grupos organizados, comunidades barriales, asociaciones empresariales, iglesias, clubes deportivos, asociaciones de amas de casa y todo el que tenga algo que aportar.

Esa estrategia debe ser la guía para todos. Para la Comisión de Alto Nivel contra el Coronavirus, que deberá dirigirla, y para los partidos de oposición, que pudieran hacer aportes en la dirección que marche el gobierno. Hay que decir que atender a los pacientes es un paliativo, no una estrategia de combate al virus. Aportar nuevas camas no es una estrategia. Una estrategia es una  guía, una orientación, un camino por el que debe marchar todo el país, como lo hicieron en Corea, como lo hicieron en China, y como lo están adoptando tardíamente algunos países europeos.

Si usted sale hoy a preguntar a cinco altos miembros del gobierno cuál es la estrategia que estamos siguiendo, para detener el virus, tendrá cinco explicaciones diferentes. Uno dirá que el toque de queda es una estrategia, otro dirá que la contratación de personal médico e incorporación de nuevas camas, es una estrategia, y habrá quienes digan que las medidas económicas de apoyo a los más pobres es también una estrategia. Habrá quienes elogien al gobierno porque está abarcando todos los aspectos de una crisis global.

Pero no es así. El presidente Danilo Medina pudo haber definido anoche esa estrategia de seguimiento, control y detención del virus. Se fue por las ramas. Muy lamentablemente, hemos podido comprobar que los asesores del presidente no han podido convencerle de los pasos firmes que habría que poner en práctica. No se trata sólo de colocar vehículos militares en San Francisco de Macorís, como acaba de ocurrir ayer. Se trata de que todos los funcionarios, todos los miembros del sector salud, que todos los empresarios, y todos los partidos políticos tengan claro el camino que el gobierno ha definido. Aún no está claro ese camino, y aún carecemos de la estrategia.