En estudio dado a conocer esta semana, realizado por el investigador Jefrey Lizardo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), determinó que la inversión en la educación dominicana está muy por debajo del promedio del continente y que el gobierno no ha cumplido ni siquiera el compromiso establecido en el último Plan Decenal de Educación, que prevé dedicar el 4.09% del Producto Interno Bruto a la educación. El monto que el Estado destina del PIB es apenas el 1.98% para la educación media.

El problema de la educación dominicana es de recursos. Está claro y ha quedfado demostrado. La calidad de la educación se obtiene con inversión, tanto en la formación de los maestros como en el reforzamiento de los contenidos y la planta física. La baja inversión en educación es lo que nos ofrece pobres resultados en las escuelas.

Pero el problema es mayor. Aún donde hay colegios privados, con buenos maestros y bien pagados, los resultados siguen siendo pobres, cuando se compara la formación de los estudiantes con los de otros países. Eso tiene que ver con el contexto, con el hogar, con la formación y el compromiso de los padres y madres, con las políticas educativas, con la supervisión y con el propio sistema educativo.

Es decir, el problema de la educación dominicana es muy profundo y requiere de una revolución educativa, con inversión de dinero, con mejoría del sistema de formación de los maestros, de supervisión de los mismos, y de mejora sustancial de la planta física, de los servicios, y la integración de la comunidad en el proceso educativo.

Entre en el 2000 y el 2002 el país logró un hito al elevar el gasto en educación de un 2.2% del PIB a un 2.7%, pero la crisis del sistema financiero en el 2003 conllevó una reducción en el 2004 de apenas 1.3% del PIB para el sector educativo. Poco a poco se ha ido recuperando ese componente, pero en este año la inversión es apenas del 1.98% del PIB para la educación inicial y de 2.3% para el conjunto de educación inicial y educación superior.

Es poco lo que se invierte. La educación es una prioridad en las palabras de los funcionarios, pero debe serlo también en el presupuesto nacional. Cuba destina el 13.9% de su Gasto Público Social del PIB a la educación, Honduras el 7.6%, Bolivia el 6.4%, Jamaica el 5.8%, Costa Rica y Venezuela el 5.1%, y la República Dominicana está en último lugar de todos los países, con un 2.3%

En cuanto al gasto per cápita también andamos muy por debajo de la región. El promedio de todos los países del continente destina 581 dólares por año por estudiante y nosotros apenas dedicamos 427 dólares, solo estamos por encima de Paraguay y Nicaragua. Argentina destina 1,583 dólares, Chile 1,448 dólares, Costa Rica 1,378 dólares.

Las escuelas privadas en el país están por encima de las públicas en cuanto a resultados de pruebas nacionales, por ejemplo, en inversión también y en la formación de su personal. Es claro el déficit y está claro que el gobierno debe cambiar las prioridades presupuestarias.

La gran suerte que tenemos es que existe un movimiento social fuerte, que insiste en reclamar al gobierno y a los políticos destinar por lo menos el 4% del PIB a la educación. Ese movimiento sigue y está destinado a seguir reclamando, porque es una de las pocas vías para la salvación de la nación.