La dictadura de Ulises Heureaux (Lilís), que gobernó el país por diecisiete años, hasta el 26 de julio de 1899, ha sido valorada precariamente por los historiadores. Es un período de la historia que tiene sello de permanencia en muchos sentidos.

Lilís hizo florecer los medios de comunicación. Lilís fue responsable de la instauración del ferrocarril. Lilís fue auspiciador de las primeras y más importantes obras de infraestructuras del gobierno, pero al mismo tiempo, fue responsable de la deuda externa que quebró las finanzas públicas, y fue responsable de los mayores déficit fiscales del siglo XIX.

Lilís es tenido como un presidente caricatura, desfigurado en su inteligencia y habilidades. Solo sus cartas suman más de 42 tomos, y no han sido publicados, más que episódicamente en aspectos que interesan.

Estas menciones vienen como consecuencia de la reciente publicación del libro “La dictadura de Heureaux”, de varios capítulos del libro la Villa de Naboth, de Sumner Welles, con presentación, notas, adenda y edición del historiador Orlando Inoa. No todo está dicho sobre el dictador Ulises Heureaux, quien de alguna forma, solo en algunos aspectos, tiene un símil como político, en personajes actuales.

El libro La dictadura de Heureaux es una buenísima lectura en esta época, por lo que la sugerimos en énfasis:

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