Si alguien aún tenía dudas sobre la existencia de un proyecto reeleccionista, con los auspicios del Palacio Nacional, ha debido quedar claro luego de escuchar las declaraciones de la diputada Lucía Medina, hermana del presidente de la República.

El presidente está trabajando su propia y particular campaña proselitista desde el primer momento en que inició su segundo período de gobierno, en agosto del 2016. No ha cesado en la campaña proselitista, la suya particular, y siempre se ha promovido con intensidad, lo mismo que ha promovido las encuestas que le han brindado una alta valoración local e internacional.

Una cosa que ha resultado extraña es el cambio de valoración del presidente de los gobiernos anteriores al suyo. Danilo Medina entendía que Leonel Fernández había realizado buenos gobiernos, había generado riquezas para el país que él se encargaría de distribuir, y consideraba que las obras materiales impulsadas por las administraciones del doctor Fernández eran representativas de los progresos de los más diversos sectores productivos.

Ahora no. El presidente Medina prácticamente ha proyectado un progreso que empezó con su gestión de gobierno en el 2012. La historia de la bonanza nacional es a partir del 2012, y todo ese progreso corre el riesgo de derrumbarse con una mala decisión, en un minuto. Eso fue lo que más o menos quedó dicho en el discurso de Danilo Medina el pasado 27 de febrero.

Lucía Medina ha dicho que los grandes grupos empresariales la presionan a ella para que convenza a Danilo de lanzarse a la reelección, que el país tiene que seguir creciendo y que la economía tiene que seguir estable y sana..claro está, siempre con Danilo.

Es decir, que solo Danilo representa progreso y estabilidad. Por eso, la Constitución va contra la era de progreso y estabilidad que representa Danilo, y por ello hay que cambiarla. “Todos nos vamos a reelegir”, es lo que dice Lucía Medina.

Cada empleado público se va a reelegir en su puesto, cada síndico, regidor, gobernador, senador, diputado y ministro tendrá reelección. Y como en el 2016 hubo reelección colectiva, por decisión del PLD y su Comité Político, en este país no habrá cambio de gobierno por varias décadas, hasta que se produzca una tragedia que termine con el régimen sucesoral que quedaría establecido, y que sería lo más aburrido y antidemocrático que cualquiera se pueda imaginar. Ni las dictadura más longevas serían tan aburridas y presibles.

Y para confirmar que hay satisfacción de los empresarios con el presidente Medina, y que en la lista de aspirantes no hay nadie con las condiciones que ellos requieren, viene el pasado presidente de la Asociación de Industrias de la República Dominicana, Don Campos de Moya, y expresa que él, personalmente, está de acuerdo con la reelección del presidente Medina.

Habrá que esperar la reacciones formales de compañeros de partido del presidente Medina, como el expresidente Leonel Fernández, que le disputa el liderazgo y la candidatura del PLD.

Por el momento, las redes sociales se han convertido en un hervidero de opiniones en favor y en contra de la posición asumida por Campos de Moya. Y eso apenas comienza.

Como diría que el legendario Buck Canel, 'Amigos no se vayan, que esto se pone bueno!