El nuevo director del Seguro Médico para Maestros (SEMMA), doctor Alberto Fiallo, tiene el encargo de recuperar una institución que fue deliberadamente saqueada por sus directivos durante un proceso de varios años.
La nueva ministra de Educación, Josefina Pimentel, tiene la responsabilidad de encabezar la profilaxis y posterior recuperación, en su función del presidenta del Consejo de Directores del SEMMA, para que los maestros que han dedicado su vida al magisterio, y que cotizaron durante muchos años, tengan centros de salud a los que puedan acudir en busca de servicios de salud de calidad.
La Asociación Dominicana de Profesores (ADP) tiene también una altísima responsabilidad, como gremio de los maestros, para luchar por la dignificación del magisterio, y para conseguir que quienes desfalcaron el SEMMA reciban el castigo legal que le corresponde, luego de un juicio imparcial en el que se ofrezca a los imputados todas las garantías de defensa que ordena la ley.
El fraude en el SEMMA no puede quedar impune. No es lo mismo evaporar, como por arte de magia, cientos de millones de pesos sacados del precario salario de los maestros, que robarse el dinero aportado por organismos internacionales para seminarios y cursillos de entrenamiento. En ambos casos se puede hablar de corrupción, pero también hay grados en las escalas del corruptómetro.
La serie de reportajes que hemos publicado, y que continúan esta semana en Acento, son un llamado de alarma para que no se imponga la impunidad, como muchas otras veces. Las autoridades están obligadas a actuar. No es posible que cierren los ojos y decidan dejar pasar un caso que está documentado, con montos y nombres, en la forma en que fue afectado el seguro médico de los maestros.
Esperamos, como todo el magisterio, que se haga justicia.