La Dirección General de Programas Especiales de la Presidencia de la República presentó el viernes pasado su plan de trabajo para el 2017 sobre Quisqueya Aprende Contigo, que no es otra cosa que el programa de alfabetización que inició la primera administración del presidente Danilo Medina y que continúa todavía haciendo esfuerzos para declarar al país libre de analfabetismo.

Domingo Contreras y su equipo entregaron los datos al primer mandatario y anunciaron las actividades que desarrollarán para superar los ya 455,129 alfabetizados en un período de cuatro años.

Coincidió que el mismo día que se hizo la presentación, se conmemora el Día Nacional de la Alfabetización. El equipo gubernamental se ha dado cuenta que la tarea no es pequeña, y que el presidente no sólo se comprometió con sacar del analfabetismo a los ciudadanos y ciudadanas dominicanas que se encontraban en esa condición, sino que ofreció un proyecto de continuidad educativa, que sustenta en la práctica la necesidad de salir del analfabetismo, porque es lo que al final cambiará la vida de los analfabetos alfabetizados.

Faltan 176,631 personas por alfabetizar. Domingo Contreras se limitó a abordar muy limitadamente la cuestión central de la continuidad educativa. Dijo que “hemos planificado que en el 2017 trabajaremos a nivel nacional en la alfabetización. También en la educación continuada en los aspectos técnico y laboral”.

¿Y el empoderamiento de las personas ya alfabetizadas? ¿Qué ha ocurrido con las vidas de los que se alfabetizaron en el 2013, y luego los que siguieron en el 2014 y en el 2015? ¿Para qué ha servido la alfabetización de esas personas, si no han salido de su situación de pobreza y marginalidad?

Cerrar la brecha del analfabetismo en personas adultas es una tarea muy noble, pero no puede dejarse únicamente con los beneficios de leer y escribir. El presidente Danilo Medina delineó muy claramente que esto implicaba alfabetizar para cambiar la miseria por el bienestar, la marginalidad y la exclusión por la integración y la participación.

Los directores que han pasado por la Dirección General de Programas Especiales de la Presidencia de la República, desde Pedro Luis Castellanos, Lidio Cadet y ahora Domingo Contreras, se supone que han tenido claro que no vale de mucho alfabetizar personas adultas sin ofrecerles instrumentos adicionales para que utilicen los conocimientos adquiridos. Eso requiere un seguimiento, un apoyo específico, unos recursos. Porque la alfabetización pura y simple de estas personas no sirve de mucho, si no se les acompaña y conduce en un bien orientado programa de empoderamiento.

La tarea no es tan grande en la parte de alfabetizar las personas que faltan. Con la experiencia adquirida en los últimos cuatro años, y la existencia de alfabetizadores en todo el territorio nacional, no representa mucho alcanzar la alfabetización de 176,631 personas.

La tarea importante, la tarea que desde el 2013 hace falta que se ponga en marcha es la de la continuidad educativa. Es trabajar con los alfabetizados para que su proceso no se paralice, no se emboten sus conocimientos, y que sepan que adquirir conocimientos ofrece unas ventajas de integración y de ser parte de procesos que mejoran sus vidas.

No se alfabetiza a las personas exclusivamente para que lean la Biblia o para que puedan entender los mensajes escritos en las calles o en el llenado de cualquier documento. Se les alfabetiza para que cambien de vida. Y eso se logra plenamente con la continuidad educativa. Es la joya el programa Quisqueya Aprende Contigo. No lo olvidemos.