Miriam Germán Brito, magistrada presidenta de la Segunda Sala Penal de la Suprema Corte de Justicia, entregó una carta al presidente del Consejo del Poder Judicial y cabeza máxima de la Suprema Corte de Justicia. Le hizo una sugerencia, como corresponde a un miembro de un cuerpo colegiado en una instancia como el poder judicial.

Mariano Germán ha respondido con un exabrupto, diciendo que no acepta la intromisión de jueces ni del Ministerio Público en sus decisiones. La respuesta del doctor Mariano Germán ha sido igualar los desafortunados comentarios de la doctora Laura Guerrero Pelletier contra los jueces de la Suprema Corte de Justicia, con los de Miriam Germán Brito, sobre la necesidad de que él defienda a sus colegas de cuerpo.

Incluso, cuando se escuchan las palabras del doctor Mariano Germán se percibe mayor nivel de irritación con la carta que le remitiera Miriam Germán Brito el pasado 28 de junio, que con las declaraciones de Guerrero Pelletier del pasado 27 de junio, en el sentido de que si no se mantenía al magistrado Francisco Ortega Polanco en el conocimiento del juicio preliminar sobre el caso Odebrecht, habría caos en el proceso, porque de ese modo se garantizaría la impunidad de los encartados por corrupción.

La magistrada Miriam Germán Brito ha procedido correctamente al no salir ella a responder las declaraciones de la doctora Guerrero Pelletier. Mariano Germán, como presidente de la Suprema Corte de Justicia, es su vocero y tiene la responsabilidad de responder ante situaciones de ataques o desconsideraciones, y con muchísima más razón si las impugnaciones proceden del Ministerio Público. La Suprema Corte de Justicia representa un poder independiente, y por tanto no obedece ni debe obedecer a los dictados de la Procuraduría General de la República, que responde a los intereses del Poder Ejecutivo, según el ordenamiento constitucional dominicano.

Mariano Germán ha respondido de forma poco honorable, si las consideraciones pronunciadas representan una respuesta a la carta del 28 de junio de la doctora Miriam Germán Brito. No se puede atribuir a la autora de la carta su divulgación. Ella escogió el camino de la institucionalidad, aunque remitió copias de su comunicación a todos los miembros de la SCJ. Por tanto, Ni Miriam ni Mariano tienen responsabilidad en la divulgación de esta comunicación. Ahora se habla de conflictos y enfrentamientos en la propia SCJ por el caso Odebrecht, cuando en realidad se trata de diferencias sobre la forma en que la Procuraduría General de la República desea que se maneje ese expediente. Si hay alguien que ha tratado de dictar la manera de actuar del doctor Mariano Germán, no ha sido Miriam, sino Laura Guerrero Pelletier.

Para nadie es un secreto que el caso Odebrecht es uno de los más importantes en la lucha contra la corrupción en la República Dominicana. Con este caso no solamente se juzgará el comportamiento de los encartados como receptores de los sobornos, sino que será una forma de juzgar el trabajo de los fiscales y el trabajo de los jueces.

Por tanto, todo cuanto haga la Suprema Corte de Justicia, así como su relación con el Ministerio Público, y el seguimiento del debido proceso, será la mejor manera de determinar la calidad de la justicia que tenemos y la idoneidad de la Suprema Corte de Justicia para representar las ansias de transparencia que mantiene la sociedad dominicana.

Al presidente de una Suprema Corte de Justicia, de ningún país democrático y que se respete, le correspondería dar respuestas como la que ofrecida por Mariano Germán. Él ha dicho que actúa “como Dios lo espera y como su conciencia le manda, y nadie tiene el derecho de entrometerse” en sus decisiones. Hasta donde se conocía la Suprema Corte es un cuerpo colegiado, y en tanto lo es, con un presidente como cabeza y vocero, es que la presidenta de la Segunda Sala Penal ha solicitado su respuesta. Eso no debe ofender a nadie, y menos al presidente de la Suprema Corte de Justicia.

“Creo que de un tiempo a esta parte, no sólo esta Procuraduría General de la República se ha acostumbrado a irrespetarnos, y pienso que ello obedece a que nadie nunca le ha recordado que son sólo una parte en el proceso y que los Jueces son terceros imparciales”, escribió Miriam Germán Brito a Mariano Germán. Toda la razón estaba y sigue estando de su lado.

Desde el momento en que el presidente de la SCJ fue notificado para rectificar su decisión, y desde el momento en que el propio magistrado Francisco Ortega Polanco fue impugnado por tres de los 7 encartados, el caso pasó de la conciencia y convicción de Mariano Germán, a la conciencia del Pleno. Y entre ellos tomaron una decisión que compete a todos, incluyendo a Miriam Germán Brito que ha sacado la cara por el conjunto de los jueces que se sienten denigrados por las declaraciones de la doctora Guerrero Pelletier.