Miguel Vargas y su Partido Revolucionario Dominicano tienen la obligación de rendir cuentas de sus actos, porque son financiados con dinero público.
Es conocido que los tres grandes partidos reciben alrededor de 1,200 millones de pesos de la sociedad dominicana, para que sus actividades tengan sustento público y no se vendan a los grupos del sector privado, que por la vía del dinero secuestran la voluntad de las organizaciones políticas.
Existe un ordenamiento jurídico en el país que se ha quebrado con la convención del PRD, del pasado domingo. El padrón del PRD fue reducido a medio millón de militantes, y las denuncias de exclusiones están grabados y divulgadas por todos los medios de comunicación.
El candidato opositor a Vargas Maldonado a la presidencia del PRD, Guido Gómez Mazara fue impedido de votar, al igual que muchos de sus simpatizantes, inscritos en el padrón de electores, y que era una pieza clave para Miguel Vargas y sus seguidores seguir controlando de forma antidemocrática el PRD.
Ni siquiera con un padrón hecho para manipular la elección les fue posible controlar la voluntad de medio millón de personas. Tuvieron que auspiciar de forma deliberada que no hubiera votación en una gran parte del país, y en especial en los municipios de mayor concentración.
Esa sola artimaña pone en evidencia la vocación manipuladora y absolutista de los miembros de la Comisión Organizadora y de Miguel Vargas Maldonado. Evitaron que en las mesas de votación estuvieran los delegados de Guido Gómez Mazara, y de ese modo fabricaron unos resultados que resultan altamente controversiales, incluso para los propias seguidores de Miguel Vargas que nos e atreven a celebrar, porque las evidencias son abrumadoras en su contra.
Basta solo ver los rostros de Miguel Vargas y su gente, como acertadamente señalo el diario Hoy en una nota de opinión sobre la convención.
Los datos que se conocen oficialmente de la convención del PRD son alarmantes.
En la elección, Vargas Maldonado solo obtuvo el 31% de los votos del padrón pequeño que le hicieron. El 69% de los miembros de ese padrón o fueron impedidos de votar o lo hicieron por Guido Gómez Mazara.
De los 341 centros de votación computados se recibieron 201,282 votos, de los cuales se validaron 193,557 votos. Es decir, que los que votaron representan apenas el 37.4%. Los que no participaron en el proceso representan el 62.6%.’Fue deliberada la decisión de no permitir votar a a la mayoría de los que estaban hábiles para votar. Excluyendo el 63% del padrón era posible manipular los resultados y decir que el dueño del PRD ganó la elección en forma democrática.
Si usted es un dirigente político (Ya no se debe hablar de líder) debe hacer el esfuerzo para que sus actos estén revestidos de la solemnidad que la democracia demanda. El peor papel en esta contienda lo han desempeñado los organismos estatales responsables de garantizar la democracia interna en los partidos y el derecho de los ciudadanos que han optado por ser parte de un partido político.
Esto que el país ha visto, como democracia interna en el PRD, no tiene otro nombre que una verdadera tomadura de pelo, para no llamarle una vergüenza.
Y por el otro lado está el comportamiento agresivo e intimidatorio contra los medios de comunicación. Periodistas heridos, agredidos, amenazados, despojados de sus instrumentos de trabajo, y una gran parte impedidos de filmar y recabar información, en particular por unos gorilones que no saben otra cosa que empujar, agredir y halar del gatillo de las armas que irresponsablemente les entregan en estos horrorosos carnavales politiqueros. Tal vez debe llegar el momento de ignorar periodísticamente estas cosas.