El esperpento denigrante y de baja postura del procurador Jean Alain Rodríguez este lunes, en el Consejo Nacional de la Magistratura, desdice de la naturaleza de esa instancia y coloca al presidente del organismo, Danilo Medina, ante una disyuntiva delicada y azarosa: Detener la violación del reglamento del Consejo, y parar la agresión contra la jueza Miriam Germán Brito, o permitir que su procurador general embarre la dignidad que debe conllevar la evaluación de los jueces de la Suprema Corte de Justicia.
El anonimato de la supuesta carta contra Miriam Germán y la manera en que se hizo es una clarísima violación de la norma en su artículo 4, pero además, hacerlo contra la jueza de más reconocida dignidad y honestidad, y la de mayor pulcritud en los asuntos económicos, refleja la intención dañina y el odio que pudo albergar ese señor, expuesto aquí a la luz del día y ante las cámaras de televisión, por la dignidad de la postura de Miriam German sobre el mostrenco expediente creado por el Ministerio Público sobre el caso Odebrecht.
El objetivo de Jean Alain Rodríguez ha sido dañar la dignidad y la honestidad de Miriam Germán Brito. Acudió a los centros espiritistas para tratar de encontrar basura o asuntos oscuros, y no encontró, y entonces acudió a la mentira, al invento de mensajes anónimos contra Miriam Germán y contra su hijo Orlando Rodríguez Germán, un joven con condiciones especiales. !Es lo más bajo a lo que puede llegar un ser humano en la búsqueda de un propósito de venganza!
Utilizar los mecanismos públicos para hacer daño, violando las normas, para maltratar a una mujer que ha dedicado 40 años de vida al servicio público en el poder judicial y el Ministerio Público, como ha hecho el procurador, en su condición de miembro del Consejo Nacional de la Magistratura, merecía una respuesta inmediata. Ni el presidente Medina, ni el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Mariano Germán, ni el presidente del Senado, Reinaldo Pared, estos últimos en condición de abogados, hicieron nada. Josefa Castillo, como representante del PRM y como mujer, entendió el significado de aquel espectáculo horroroso y denigrante, y salió en defensa de la solemnidad del Consejo Nacional de la Magistratura.
Y este acto agresivo y deleznable lo cometió ante todos sus compañeros, y ante el país, precisamente a tres días de que se celebre el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. Ya lo verán ustedes hablando de cómo defiende la dignidad de las mujeres, luego de cometer el más indigno de los actos contra una ciudadana, en este caso, una mujer servidora pública.
Al ser humano se le conoce por sus actos. Alguna gente no llegaba a describir bien todavía las simulaciones y comportamientos del señor Jean Alain Rodríguez, pero le daban el beneficio de la duda. No parecía un político tradicional, haciendo campaña en beneficio de su propio partido y de sus intereses. Ahora, conociendo la mendacidad y bajeza de su agresión contra Miriam Germán Brito, será posible medirlo en su real dimensión, y como muy bien dijo la doctora Germán Brito: “Si esto fuera de doble vía, hablaríamos de usted”. Y ahí si que hay mucho que escarbar y mostrar, sin posibilidad de explicación.