El ministro de Energía y Minas, Antonio Isa Conde ha hecho bien en aclarar sus conceptos sobre el despilfarro que encontró en esa entidad entidad estatal, recién creada, y que hasta abril estuvo bajo la dirección de Pelegrín Castillo Semán, de la Fuerza Nacional Progresista.
Y el documento emitido este domingo deberá ser el último, para no seguir perdiendo tiempo en una discusión bizantina y de pocos resultados, si Don Antonio Isa Conde no procede a colocar las investigaciones que ha hecho en manos del Ministerio Público, para que el ex ministro sea procesado judicialmente por malversación de fondos y abuso de autoridad, al dispensar irresponsablemente cientos de millones de pesos del erario público, en especial, poniendo el dinero en manos de amigos y simpatizantes políticos, entre ellos asesores que poca o ninguna utilidad.
Una de las respuesta de Pelegrín Castillo fue que nunca recibió los fondos correspondientes a uno de los impuestos a los combustibles, y que ese dinero era entregado por el Ministerio de Industria y Comercio a militantes del Partido de la Liberación Dominicana.
Si lo sabía y guardó silencio, es un acto irresponsable de su parte. Si permitió que los fondos pertenecientes al Ministerio se entregaran a personas que no eran empleadas del Estado, y se quedó callado, es un acto irresponsable. Cualquier persona que tenga conocimiento de un crimen está obligada a reportarlo a las autoridades.
Sin embargo, el Ministro de Industria y Comercio, José del Castillo Saviñón, negó la versión de Pelegrín Castillo, y alegó que el ex diputado e hijo del Director de Ética e Integridad Gubernamental, desconocía que el impuesto había sido eliminado. Y que no hay ninguna transferencia de fondos a los militantes del PLD. Es decir, Pelegrín Castillo hizo una denuncia oportunista, queriendo poner en evidencia ahora al gobierno, pero cuando era aliado y recibía los beneficios de la posición gubernamental guardaba silencio sobre un crimen que él entendía se estaba cometiendo. Y no hay que dudar que lo mismo hizo su padre en la Dirección de Ética del Gobierno.
Antonio Isa Conde ha dicho una cuantas verdades que ponen en evidencia cuánto es el costo que debe pagar el Estado para mantener satisfechos a ciertos “nacionalistas”. Algunas como estas, por ejemplo:
Reveló que no solo encontró un gran déficit indesmentible sino también una apreciable cantidad de proyectos “que son espumas y burbujas, sin perfil ni respaldo en el presupuesto” asignado a la entidad estatal para el año 2015 en el Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos del Estado.
También dijo:
“En ese sentido, entonces mi pecado ha sido simplemente informar, pues los números del documento, que describen el déficit y la asunción de compromisos sin respaldo presupuestario, son absolutamente irrefutables”.
Nosotros decimos en este nivel, porque lo correcto es llevar el caso ante los tribunales.
“Pidió dar por terminada la discusión sobre este tema y solicitar a la Cámara de Cuentas o al Instituto de Contadores que examinen las finanzas y la ejecución del presupuesto del ministerio, para determinar si el informe emitido está hecho o no sobre la base de datos manipulados o falsos”.
Este sugerencia de Isa Conde no debe ser sólo una propuesta de paz, para que termine la discusión, sino para llevarla al nivel que corresponde. Entendemos que Antonio Isa Conde no dice mentiras cuando ha revelado gastos irresponsables, nóminas abultadas y ahora dice que se comprometieron millones de dólares en “espumas y burbujas”.
“Isa Conde reveló que se vio obligado a “pasar por la vergüenza” de suspender un cónclave de ministros de minas de las Américas, porque la actividad se concibió sin tomar en cuenta el costo monetario que implicaba para un ministerio sin fondos”.
Los políticos se han acostumbrados a gastar dinero del Estado en forma irresponsable. Y lo hacen invitando a congresos, seminarios, como si no les dolieran los fondos públicos, para lucirse en los medios de comunicación. Al final esas actividades no dejan ningún resultado tangible.
“Señaló que en la institución existen una serie de proyectos que son apenas ideas sin soporte presupuestario ni línea de acción y que lo mismo ocurre con compromisos asumidos con países amigos y organismos internacionales, sin base financiera de sustentación”.
Y esta denuncia es para no quedarse de brazos cruzados:
“Hallamos proyectos de exploración de petróleo e hidrocarburos, uno de los cuales implica la necesidad de disponer de US$28.0 millones, basado solamente en una carta de intención, con niveles de compromisos importantes y sin el respaldo presupuestario correspondiente”.
Algunas de las denuncias de Isa Conde pudieran dar risa, pero se trata de una realidad palpable, que debería llevar al Ministerio de Energía y Minas a la acción ante los tribunales.
“Hay muchos proyectos hermosos en el ministerio, pero solamente son ideas y ni siquiera están estructurados a nivel de perfiles; hallamos una cantidad enorme de asesores y cuando uno busca el producto, no aparece, y algunos de los que existen bien pudieron haber sido hechos por los técnicos de la institución, aunque tuvieran que apoyarse en Google”.
El ministro renunciante creo una idea de eficiencia, de que tenía en su poder muchos proyectos y al final todo era falso. Es lo que dice Isa Conde:
“Cuando el ministro anterior nos habló de lo que estaba haciendo, para nosotros fue una gran satisfacción porque creíamos que comenzaríamos a hacer muchas cosas, pero cuando agarramos estos proyectos, nos encontramos con que eran espumas, burbujas, que no había nada en el fondo”
Antonio Isa Conde tiene la oportunidad de actuar. Y debe hacerlo. Ojalá que se anime a ir más allá de la Cámara de Cuentas y de su idea de buscar técnicos calificados neutrales para que comprueben que él dice la verdad. Si él es el Ministro de Energía y Minas debe actuar, y entendemos que está obligado a hacerlo. Quien conoce de una irregularidad en el Estado y no hace lo que le corresponde, no actúa con responsabilidad ni cumple su deber.