El Ministerio de Educación debe poner atención especial a la calidad del desayuno, el almuerzo y la merienda escolar. Ahora que iniciamos el año escolar, con la tanda extendida en casi un millón de escolares, hemos tenido más intoxicaciones que cualquiera de los años escolares completos, desde que se estableció el desayuno escolar.

Esta situación podría tener explicaciones. Antes sólo contábamos con el desayuno escolar. Ahora tenemos el desayuno, el almuerzo y la merienda, y la tanda extendida representa una gran responsabilidad logística para el Ministerio de Educación. No se trata únicamente de la inversión en recursos, sino de los acuerdos y selección de los suplidores de este servicio de alimentación en los más apartados puntos del país.

Si estamos en el inicio del año escolar y ya tenemos varios brotes de intoxicaciones, habrá que suponer que otros podrían ocurrir y no sabemos las consecuencias. Es necesario trabajar preventivamente con la calidad de la alimentación y la idoneidad de las empresas suplidoras.

El Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (INABIE) del Ministerio de Educación cuenta con un protocolo de higiene que debe hacer valer. Debe tener la supervisión al día, sin descuido, para que los suplidores cumplan el reglamento de higiene, en primer lugar, y de nutrientes en segundo lugar.

Hay casos en que las raciones alimenticias no llenan las expectativas. Algunos escolares las ingeniaren de todos modos, no hay otra opción, pero hay estudiantes que prefieren no consumir los alimentos, prefiriendo pasar hambre por la baja calidad de las raciones. Hay casos en que sólo se sostienen con una parte del servicio. Por ejemplo que ser quedan con el arroz o el huevo, y el resto va a los desperdicios.

Las escuelas tienen también una responsabilidad en la supervisión, lo mismo que las familias a través de las asociaciones de padres de las escuelas. Un tema que deberá supervisarse con detalles es el transporte de los alimentos. Una buena parte de los suplidores no tienen vehículos de transporte adecuados para llevar hasta los centros escolares los alimentos. Utilizan camionetas, minibuses, carros y cualquier otro medio disponible, sin observar el trayecto de los alimentos entre el centro de cocción y la escuela. En ese trayecto se contaminan, si  las condiciones de transporte no son adecuadas.

Los años 2010, 2011, 2012, 2013 y 2014 tienen un promedio de intoxicaciones significativamente menor a las ocurridas en el inicio de este año escolar 2015-2016. En Maimón, Puerto Plata, en la Escuela Anacaona se intoxicaron “decenas” de alumnos y alumnas, y en la escuela Nuestra Señora del Carmen, en Santiago, se intoxicaron otros 32 con la leche y el pan ingeridos. En el municipio de Mao, provincia Valverde, en la escuela Juan Pablo Duarte, las intoxicaciones llegaron a 69 alumnos.

En cada caso de intoxicaciones se realizan investigaciones y se involucra a la Policía Nacional, al Ministerio Público y al propio Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil. Se espera que los resultados de esas investigaciones sean divulgados, para tranquilidad de la comunidad educativa, en primer lugar, y para que quienes han tenido la responsabilidad paguen las consecuencias y no sigan siendo suplidores de alimentación escolar, en ningún lugar.

Es lo prudente, para beneficio del esfuerzo que el gobierno y la sociedad realizan para mejorar la educación dominicana.