La salida de Leonel Fernández, y de un grupo de dirigentes que le sigue, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), es una oportunidad para que quienes queden al frente de ese partido lancen un proceso de renovación de sus organismos de mando, y le salven del inmovilismo y el confort en que se han establecido estructuras de mando y personas en esa entidad política. Las quejas abundan y a continuación resumimos algunas de personas vinculadas al PLD y a su vida interna.

Los problemas del PLD no se reducen a las diferencias entre Leonel Fernández y Danilo Medina. Los organismos de dirección, Comité Político y Comité Central, han funcionado precariamente y la casta dirigencial ha consolidado un mando arbitrario, sin relación con las bases, y con dirigentes que aprovechan las posiciones en el partido y en el gobierno, pero rinden poco y sirven de poco al PLD y a la sociedad.

Osiris Mota, miembro del Comité Central del PLD, lo ha escrito con mucha valentía, y lo dijo recientemente en una entrevista en AcentoTV: los organismos de dirección del PLD pueden renovarse ahora, aprovechando la salida del doctor Fernández y dirigentes que le siguen:

“El Comité Central debe aprovechar para sustituir otros miembros ya enfermos y disminuidos, para ingresar gentes con mejores ideas e intereses, dispuestos a trabajar por el bien colectivo. Debemos sacar ahora y ya los individualistas del PLD. Manos a la obra”. Escribió precisamente esta semana, sin dejar de lado un reclamo de que se deje fuera la vieja práctica de utilizar el dedo para designar dirigentes, eliminando de ese modo las elecciones democráticas.

El PLD necesita también ideas nuevas, gentes nuevas, honestidad y transparencia. Es el partido que menos renovación dirigencial ha tenido en los últimos 20 años. En su dirección siguen presentes personas con debilidades de salud, como José Joaquín Bidó Medina, Euclides Gutiérrez Félix, que son bien conocidos. Otros dirigentes tienen poca o ninguna incidencia, porque se abstienen de opinar, y si desempeñan un cargo público son bocinas de los que digan los más encumbrados funcionarios. Esperan siempre que les bajen línea. Dirigentes con esas condiciones no ayudan a sus organizaciones a ser democráticas y receptoras de las mejores posturas.

La mayoría de los miembros del Comite Político del PLD se encuentran en una zona de confort y hay que sacarlos de allí, ha dicho Osiris Mota. Son dirigentes que no tienen tiempo ni vocación para luchar por el colectivo, pues actúan en función de intereses ya creados.

En la dirección media del PLD se está hablando de estructurar un Comité Político del PLD que discuta los temas políticos y sociales, que asuma posturas sobre asuntos sociales, que oriente y haga recomendaciones al gobierno, “porque el partido no es para respaldar únicamente todo lo que el gobierno quiera”.

El otro problema en la dirección del PLD está en los personalismos, que es algo que le viene de lejos. Juan Bosch tuvo una personalidad recia y en el PLD esas personalidades recias se impusieron. Y continúan teniendo éxito en una época cambiada. Hasta hace poco, si Leonel y Danilo asumían una decisión, no importaban las decisiones de los organismos del PLD: Todo se resumía en la voluntad de esos dos líderes. Al irse Leonel, se espera que Danilo permita la democracia y la renovación, o permita que los organismos de dirección operen colectivamente, como dicen los estatutos.