La República Dominicana sigue siendo una de las naciones con mayores desigualdades. La distancia que existe entre los ricos y los pobres es abismal. El acceso de unos y de otros a servicios básicos elementales deja claro que nos falta mucho como país para alcanzar algún grado de justicia social.
La Encuesta Nacional de Hogares del 2015 identifica los problemas principales de los barrios y comunidades. El principal de todos los problemas es la delincuencia (47.7%), seguido de la falta de energía eléctrica (38%), la falta de agua (33.4%), el desempleo (20.5%) y el arreglo de las calles, caminos y carreteras (19.7%).
Estos son los cinco problemas más importantes de nuestras comunidades y barrios, zonas urbana y rural, encuestadas personas con más de 12 años de edad y por las diferentes regiones en que se encuentra dividido el país.
En el caso de la ciudad de Santo Domingo los datos son un poco más alarmantes. El 61.3% dice que el problema principal es la delincuencia, seguido del 43.4% que identifica la falta de energía eléctrica, el 31.6% que identifica la falta de agua, el 15.5% que identifica el desempleo y el 12.9% que selecciona la acumulación de basura.
Aunque la sociedad ha crecido, hemos registrado crecimiento económico, muchos servicios han mejorado, estamos haciendo esfuerzos para mejorar la calidad de la educación y ampliar y mejorar los servicios de salud, sigue habiendo un déficit significativo en atender las cuestiones principales para que nos consideremos una sociedad en búsqueda de la equidad.
Delincuencia, falta de energía eléctrica, falta de agua, desempleo y calles sin arreglo son los problemas principales identificados en los barrios y comunidades, lo que quiere decir que a partir de estos puntos no hay otros servicios, de los que nos podríamos sentir orgullosos, como acceso a comunicaciones, ingresos, acceso a una canasta básica de alimentos y servicios.
¿Hacia dónde se está dirigiendo la riqueza que genera el país cada año?
En 2015 el país registró un crecimiento del 6.4% de su economía, muy por encima de casi todos los países de la región que crecieron apenas la mitad del crecimiento que tuvimos.
El vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Jorge Familiar, que vino al país en diciembre y se reunió con el presidente Danilo Medina, dijo que pese a nuestro alto crecimiento éramos una economía que no reducíamos la pobreza al mismo nivel que crecíamos. Otros países con menor crecimiento que nosotros hacían más contra la pobreza que nosotros.
La otra cuestión es que, pese al crecimiento económico, nuestras clases medias crecían menos que las clases medias de otros países.
¿Dónde es que está nuestro problema? Desde hace 60 años la economía dominicana crece, con alguna excepción especial. Crece la economía y crece la pobreza y aumentan las desigualdades. Por eso tenemos sectores ricos y muy ricos, que acumulan riqueza muy por encima de la lógica del mercado, y concentran la generación de riqueza.
Un estudio de Oxfam, sobre desigualdad, registró el año pasado que la República Dominicana estaba seriamente afectada por la desigualdad, y que 65 familias acumulaban fortunas por encima de los 30 millones de dólares.
Algunos economistas hablan de cambiar el modelo económico. Otros entienden que el gobierno puede ser más eficiente en la redistribución del ingreso. Y otros creen que es posible hacer más con los recursos que recaudan las autoridades para reducir la pobreza, bajar las desigualdades, y conseguir una sociedad con menos iniquidades.
Es para pensarlo.