Hipólito Mejía acaba de ser proclamado candidato presidencial por el Partido Revolucionario Dominicano. De los grandes partidos es el primer candidato que sale al ruedo político en forma oficial, con el apoyo de todos los líderes de la organización política que le sustenta.
Hipólito Mejía ha sido un político exitoso y de posiciones muy firmes. En el pasado no evitaba los enfrentamientos y decía con mucha claridad, independientemente de las consecuencias, sus puntos de vista. Duro en sus palabras, hábil en proponer salidas a los problemas y con una inteligencia como común para aplicar salidas jocosas, populistas a los temas que le proponían los periodistas.
Por su exitosa salida en la contienda interna del PRD, que dio un salto de un 4 por ciento de popularidad, con una altísima tasa de rechazo, hasta ganar la convención con más del 52 por ciento, en un período de año y medio, hay que tomar en cuenta con mucha seriedad la propuesta de esta candidatura presidencial.
Mejía le ganó la elección a Miguel Vargas Maldonado, presidente del PRD y quien controlaba el 80 por ciento de la estructura partidaria, haciendo uso de un contacto directo con la gente, amarrando abajo, sin mucha estridencia en los medios de comunicación y sin gastarse una fortuna en propaganda en los medios de comunicación. Habría que considerar la victoria de Mejía en el PRD como una de las más grandes hazañas políticas de los últimos tiempos. La resucitación de Lázaro.
El discurso de Mejía ha sido vigoroso, crítico, cargado de un mensaje de esperanza para los perredeístas y para el país. Mejía ya fue presidente y viene con su experiencia y con el interés de reivindicarse de los errores del pasado. A lo cual tiene completo derecho. Sus palabras contra la corrupción evidencian un fuerte compromiso con la sociedad y consigo mismo, que ojalá cumpla.
Mejía ha mejorado significativamente su dinámica comunicativa. Ha dejado de ser dicharachero y liviano en sus contactos con los medios. Lo que nunca nadie se imaginó que podría ocurrir está sucediendo: en ocasiones Hipólito Mejía evita hablar con los periodistas y dice que no está dispuesto a tocar determinados temas.
Hay que hacer notar lo siguiente: para los periodistas Hipólito Mejía es un gran atractivo. Es el político que más titulares ofrece, por su forma de hablar y de ofrecer posiciones, sin atenerse a las consecuencias. Pero en los últimos tiempos eso ha cambiado. Es más cauto, mide sus palabras, ha evitado muchos problemas y de paso a dejado mal parado a sus adversarios que sabían cómo tenderle la soga para que se amarrara a sí mismo.
Sea bienvenido Hipólito Mejía al escenario electoral formal, ya oficialmente como candidato presidencial del PRD. Solo resta pedirle que respete las normas fijadas por las autoridades sobra la campaña electoral, que contribuya con el elevamiento del debate político y que esté dispuesto a lograr que su equipo haga lo mismo que él, para que la campaña esté cubierta por la decencia y el buen ánimo.