El sistema educativo dominicano tiene establecidas competencias fundamentales, que se pueden verificar en el currículo aprobado por el Consejo Nacional de Educación. Estas competencias básicas son las siguientes:
- Competencia ética y ciudadana
- competencia comunicativa
- Competencia de pensamiento lógico, crítico y creativo
- Competencia de resolución de problemas
- Competencia científica y tecnológica
- Competencia ambiental y de salud
- Competencia de Desarrollo Personal y Espiritual
¿Qué le ha pasado al sistema educativo dominicano, que no ha podido completar lo básico en estas competencias? ¿Por qué razones hemos fracasado en algo que podría resultar elemental para un Estado democrático? ¿Los líderes del sector educativo, incluyendo a los maestros, no les resulta suficiente el monto de los recursos que destina el Estado para alcanzar el cumplimiento de estas siete competencias?
Las pruebas PISA, que evaluación a estudiantes dominicanos a partir de los 15 años, en tres áreas que tienen directamente relación con estas competencias, nos dicen que la educación dominicana no cumple las condiciones para lectura comprensiva, ciencias y matemáticas.
No se trata de que seamos menos inteligentes que los estudiantes de China, de Vietnam o Perú. Se trata de que no hemos cumplido con el programa que nos dimos. Mientras otros países cumplieron un 100 por ciento, nosotros apenas cumplimos el 29 por ciento de nuestro programa de estudios.
Nos está faltando liderazgo. Nos está faltando inspiración, y también alguien que pueda y sepa transmitir las ideas de los desafíos que tenemos por delante. Tal vez ese alguien esté dentro del magisterio o dentro del gobierno. Los ministros de educación se asumen como administradores de una burocracia y de un personal muy pesado, haragán y sin vida ni ánimo de voltear la torta. Seguimos haciendo las cosas del mismo modo que la hacíamos hace 20 y 10 años. No podemos tratar de conseguir resultados distintos con los programas y los métodos del pasado.
Hace falta una remoción, una sacudida, un movimiento que quite la tranquilidad con Educación desarrolla sus actividades. El gobierno que ha hablado de revolución educativa tal vez deba remover los cimientos de la educación dominicana con métodos diferentes a como se ha hecho hasta ahora. El gobierno cumplió con llenar los vacíos de aulas, aumentar los salarios de los maestros y aportar desayuno y almuerzo escolar, además de entregar computadoras a maestros y alumnos. Tal vez le quede poco tiempo para profundizar en la llamada revolución educativa. Uno de los logros de este gobierno ha sido el programa de Alfabetización Quisqueya Aprende Contigo.
Se aprobó la Ordenanza 01-2018 que establece el Marco del Diseño Curricular Revisado y Actualizado de Personas Jóvenes y Adultas de República Dominicana. Ese programa está en su etapa final, y se aprobó y puso en marcha, con muchas dificultades, la Continuidad Educativa y Derecho a la Educación, para integrar a las personas alfabetizadas a programas productivos, de manera que pusieran sus nuevos conocimientos en práctica. Aplausos para el gobierno por esos programas, y por las estancias infantiles. Sin embargo, hace falta algo más. Hace falta calidad de la educación y cumplimiento de las competencias fundamentales de la educación dominicana.
Si se cumpliera, hoy seríamos un mejor país y estaríamos con más satisfacción despidiendo el 2019, para ir a un año electoral con otras esperanzas. Las pruebas PISA siguen pesando mucho sobre el tradicional pesimismo dominicano.