Algunas de las actividades oficiales tendrán que encontrar la manera de regularizarse, y de fluir como corresponde en la parte organizativa: la hora de inicio, las transmisiones por redes sociales y medios digitales, y hasta la recepción de periodistas en la sede de la casa de Gobierno.

A estas autoridades todavía no se les puede criticar por fallar con las coordinaciones o con los accesos de los medios de comunicación a las actividades. Admitamos que hay una novatada permitida, en particular con un partido que carece de la experiencia práctica, y que la mayor parte de sus funcionarios, comenzando por el presidente de la República, por primera vez desempeñan cargos oficiales.

El ministerio de Salud Pública anunció que esta semana presentaría el programa de actividades para enfrentar el Covid-19. Y que al mismo acudiría el presidente Luis Abinader. Lo ocurrido con la coordinación para los reporteros y periodistas fue complicado. La cobertura periodística, en un momento no se sabía si sería presencial o virtual. Tampoco se sabía si habría preguntas sobre el programa que se presentaría. Al finalizar la actividad, un caso que no debe repetirse, los protagonistas se marcharon sin que la directora de Comunicación de la Presidencia concluyera formalmente el acto. Y tampoco se permitió que los periodistas hicieran preguntas.

Los funcionarios de esta administración deben deshacerse del hábito que se creó en la pasada administración, que cuando había problemas serios, los funcionarios leían una declaración y no permitían preguntas de los reporteros. Es el acto de agresión más común contra el trabajo de los medios de comunicación que se les convoque a una actividad para luego decirles que no pueden hacer preguntas. Tienen que entender que el trabajo del periodismo es preguntar, obtener respuestas. Y que si no van a permitir preguntas no deben invitar a los medios de comunicación. Que se eviten las molestias, envíen las notas de prensa y las grabaciones por mensajeros, y problema resuelto.

Desde los gobiernos del presidente Leonel Fernández, de 2004 a 2012, y los del presidente Danilo Medina, 2012-2020, las ruedas de prensa y actividades del Presidente de la República con los periodistas han sido prácticamente anuladas. Muchas críticas se hicieron al presidente Fernández, porque incluso prefería dar entrevistas exclusivas a periodistas extranjeros, y en sus actividades locales no se permitían preguntas. El presidente Medina continuó con esa modalidad, y en sus actividades más preciadas, las "visitas sorpresa" no se permitía la presencia de la prensa independiente, solo los medios oficiales.

El presente Gobierno, de Luis Abinader, no debe proseguir con esa forma de relación con los medios y los periodistas. Un gobrenante debe de celebrar encuentros con los periodistas y responder preguntas, por lo menos una vez al mes. Y cada semana, por ejemplo, un funcionario de una de las áreas más importantes del Estado, podría asistir a encuentros con la prensa organizados por la Presidencia de la República.

En el pasado debe de quedar la odiosa práctica de convocar a la prensa para que solo escuche un discurso y al final recibir un documento, pero sin oportunidad de hacer preguntas.

Es una norma conocida y respetada en muchos lugares. Este gobierno será abierto con los medios, respetuoso del trabajo de los reporteros, y se respetará la independencia y el trabajo periodístico. Es lo que ha dicho Luis Abinader y lo que han ofrecido funcionarios destacados de esta administración. Eso implica que no pueden repetir estos errores que estamos señalando, y que sabemos ocurren como parte de la novatada inicial.

Este jueves estaba programado el acto de lanzamiento del programa educativo del gobierno para el próximo año escolar 2020-2021. El ministerio de Educación hizo todo cuanto pudo para convocar a la prensa, a los medios y a los sectores público y privado que acudirían a la actividad, encabezada por el presidente Luis Abinader. La convocatoria fue para el Palacio Nacional.

Sin embargo, los periodistas que no estaban acreditados no pudieron entrar al Palacio de gobierno. Nadie sabe de dónde salió esa orden. Numerosos medios que no tienen reporteros destacados en la sede gubernamental acudieron a cubrir el acto. No pudieron entrar. Luego comenzó la presión de los medios televisivos y digitales que transmitirían en acto, pautado para las 4 de la tarde. No comenzó. Era una gran incertidumbre la que había. Nadie respondía. Hasta que finalmente se dijo que la actividad se suspendía para permitir que organismos internacionales se integraran al esfuerzo oficial de inicio del nuevo año escolar. Y que sería el próximo lunes.

Son los primeros días de un gobierno que deberá adquirir experiencia. Los periodistas somos exigentes. Pero también queremos claridad de los que nos convocan a recibir información para entregarla correctamente a la sociedad. Nuestro deseo es que los organismos de comunicación del gobierno sean más eficientes, y se despojen de la carencia de coordinación. Una fluidez en ese aspecto ayudará al gobierno a salir adelante con muchos otros asuntos. La comunicación es una cuestión muy importante hoy día.