El presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario, ha permitido que la incertidumbre sobre el escrutinio, el conteo de los votos a nivel municipal y congresual, llegara hasta unas horas antes de las elecciones, pudiendo perfectamente acogerse al mandamiento de la ley sobre la forma en que se cuentan los votos y cómo se registran y transmiten hasta el centro de cómputos de la JCE.

Acogió el conteo electrónico para la boleta presidencial, pero hay tantas dudas sobre el mandamiento que ha dado el presidente del organismo que ni siquiera los diarios que han recogido sus declaraciones entienden cómo es que se hará el conteo y cómo se hará el registro de los votos.

Los miembros de los colegios electorales no han recibido la orientación adecuada sobre el procedimiento a seguir. La Junta Central Electoral ha emitido cuatro resoluciones y documentos sobre el particular, y existe confusión todavía, porque ninguna de las orientaciones ofrecidas por el órgano oficial cita textualmente el artículo 127 de la Ley 275-97 sobre la organización de las elecciones y el conteo de los votos.

El escenario no puede ser peor, y ni los partidos políticos ni el país merecen las tensiones que se han presentado a última hora. Roberto Rosario Márquez ha atribuido la responsabilidad a Participación Ciudadana, de que los partidos políticos presentaran quejas sobre la forma del escrutinio, porque nadie hablaba del asunto hasta que el movimiento cívico no partidista lo hizo.

Las dudas se mantienen. Y es lamentable que sea así, porque la JCE invirtió la suma de por lo menos 1,400 millones de pesos en la compra de la tecnología del escrutinio, a la empresa española Indra, pero cometió el error de no mostrar a tiempo el proceso, de no permitir que se hiciera una auditoría al software y al hardware que había adquirido, y como resultado nos queda que siete de los ocho candidatos que van a las elecciones del domingo reclaman el conteo manual de los votos, aunque al final se haga el conteo electrónico.

La JCE insiste en hacer sólo el conteo manual en la boleta presidencial. Una declaración del doctor Rosario Márquez pudiera dejar abierta la puerta al conteo manual en las tres boletas, pero otra lo desmiente. Unas elecciones en las que hay 4,106 posiciones en juego no puede hacerse de este modo. Es muy lamentable. Y las declaraciones del secretario general del Partido de la Liberación Dominicana, y senador, Reinaldo Pared Pérez, sobre la posible ratificación de los miembros titulares de la JCE, viene a enturbiar el esfuerzo para que haya claridad y entendimiento entre los actores políticos.

Hay que hacer un esfuerzo para que las elecciones queden bien organizadas, haya un conteo irrefutable de los votos, y que los que ganen y los que pierden queden medianamente satisfechos, pero conscientes de que los votos se han contado y asignado con la justicia que amerita una elección democrática y transparente.