El medio ambiente es un tema crucial para el desarrollo y la existencia de la República Dominicana. República Dominicana se encuentra entre los primeros cinco países del mundo que serían más afectados por el cambio climático. La sequía está demostrando los efectos nocivos que tiene para cualquier nación el asunto del clima y el medio ambiente.
El doctor Frank Moya Pons, quien fuera ministro de Medio Ambiente hace 15 años, acaba de ofrecer una conferencia a petición de ese ministerio sobre la institucionalidad ambiental en el país y las perspectivas futuras. Y lo que ha dicho, con conocimiento y autoridad, es para preocupar a las autoridades actuales y para que se tomen medidas inmediatas en lo que podría llamarse la salvación de este país.
Ha sido positivo crear un ministerio de Medio Ambiente, ahora hay más conciencia sobre los compromisos de cada sector con esta área, pero hay que seguir esforzándose para educar más a la población. Pobres y ricos depredan y hacen daño al medio ambiente. Funcionarios del gobierno, militares, políticos, empresarios del sector privado, hoteleros, agroindustriales también dañan el ecosistema dominicano.
Claro, los hay comprometidos que tienen conciencia. Hay asociaciones empresariales que ayudan. Incluso hay promoción de empresas valorando lo verde. Hay empresas que reforestan zonas, pero hacen falta millones de árboles para proteger y salvar el medio ambiente dominicano.
En especial, de acuerdo al doctor Moya Pons, hace falta que se deje de destruir las cuencas hidrográficas del país. Esa destrucción es la que más está afectando a las millones de personas que no tienen agua. Más que la sequía, el deterioro y el daño a las cuencas de los ríos es lo que afecta y reduce la cantidad de agua disponible para el uso de la sociedad.
Frank Moya Pons lo dice con mucha claridad con el ejemplo que él llama la "parábola del brócoli y el lavamanos": las cuencas forestadas son como brócolis que retienen el agua de lluvia y la percolan lentamente permitiendo un flujo continuo que rara vez se seca. Las cuencas peladas son como lavamanos que escurren rápidamente el agua que cae del cielo y quedan secas poco tiempo después que pasa la lluvia”.
Pero hay un tema abordado por el doctor Moya Pons que nos toca destacar: El cierre de producción en tierras agrícolas altamente productivas para dedicarlas a talleres de mecánica, centros artesanales o granceras. Es lo que está ocurriendo en la Autopista Duarte, en las cercanías de Bonao, con las tierras de la Estación Experimental Arrocera de Juma, ahora dedicadas a otras labores diferentes de la producción agrícola.
Es lo que Moya Pons ha denominado el cementado de las tierras productivas. El Instituto Agrario Dominicano las repartió entre parceleros de la reforma agraria, estos a su vez no cultivaron nada, dejaron pasar el tiempo y luego las vendieron. Ahora son tierras que se roban el espacio de la producción para convertirse en talleres. Ese es un robo a la reforma agraria, una traición al país y un atentado contra el derecho a la alimentación de toda la sociedad dominicana.
Hemos denunciado esa situación de Bonao, en dos editoriales, y aprovechamos estas declaraciones del doctor Moya Pons para reiterar nuestra preocupación y solicitar del Ministerio de Medio Ambiente, del Instituto Agrario Dominicano y del Ministerio Público investigar el macabro robo de terrenos altamente productivos para beneficio de unos cuantos políticos locales de Bonao, que han sido los patrocinadores de este desatino.