La maestra Josefina Pimentel ocupa ya el sillón de ministra de Educación. Tomó posesión esta semana, luego de ser juramentada por el presidente Leonel Fernández. Siguió el protocolo para estos casos. El ministro de la Presidencia, César Pina Toribio, la posesionó en el ministerio, y el destituido Melanio Paredes entregó formalmente la función y responsabilidades a la nueva incumbente.
El Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) anunció, a través de su presidente Manuel Diez Cabral, que dará todo su apoyo a Josefina Pimentel en el desempeño de sus funciones. La Asociación Dominicana de Profesores expresó su apoyo a la nueva ministra de Educación. Los demás servidores están contentos por el cambio, y en el país se respira un ambiente de expectativas y esperanzas de que sea diferente el sector educativo oficial a partir de ahora.
Tiene que actuar rápido y dar todo lo que pueda de sí. Mejorar su equipo, concertar con la sociedad, con los maestros, suplidores, propietarios de escuelas y colegios privados.
Melanio Paredes fue una gran frustración. Cuando se le designó estaba en el Ministerio de Industria y Comercio. Pero su vocación de maestro despertó muchas expectativas. El puesto le quedó muy grande. Los conflictos se multiplicaron. El boato hizo su aparición y se borró la imagen del maestro para dar lugar al burócrata ineficiente y atrapado por las circunstancias. Una verdadera pena. Melanio, además de maestro, y de provenir de abajo, de Haina, daba la impresión de ser distinto a lo que resultó como ministro.
Josefina Pimentel es maestra y trae muchas expectativas. Estaba en INFOTEP, donde también estuvo Melanio antes. Fue viceministro de Educación. Conoce lo que hay que hacer para que la cartera mejore su eficiencia. Tiene apoyo del presidente, de los maestros y de la sociedad. La transitoriedad de la posición va en su contra, porque este gobierno finaliza en agosto del próximo año.
Tiene que actuar rápido y dar todo lo que pueda de sí. Mejorar su equipo, concertar con la sociedad, con los maestros, suplidores, propietarios de escuelas y colegios privados. No tiene que hacer ningún diagnóstico. Que trabaje sin miedo, pero con pasos firmes. Que ejecute tareas pendientes, que mejore la supervisión, que institucionalice los roles de los departamentos, que desconcentre el poder. Que devuelva la transparencia en la administración de los fondos, de los pagos, los contratos, las nóminas que hubo en la gestión de Milagros Ortiz Bosch.
Josefina sabe que su responsabilidad es altísima y delicada. "Trabajar por la educación, es trabajar por nuestro país, es construir el presente y el porvenir y es trabajar por el bienestar y el progreso de esta nación". Con estas palabras inició sus funciones. Puso énfasis en que el sector educativo requiere de "empeño y una visión de trabajo colaborativo y conjunto…para impulsar el fortalecimiento de la educación dominicana".
La educación es un bien y un servicio que involucra a toda la sociedad. Cada hogar de este país, con hijos e hijas, tiene un vínculo con la educación y demanda del sector oficial supervisión, eficiencia, transparencia, trabajo colaborativo y empeño para que seamos mejores. La nación requiere de más empeño oficial. Josefina Pimentel sabe eso y lo entiende. Las expectativas son muchas.