Quedó la impresión que hasta el Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana, con el presidente Danilo Medina y el ex presidente Leonel Fernández incluidos, estaba a la espera de la declaración de Monica Moura, la esposa de Joao Santana, sobre el financiamiento ilegal en las campañas electorales de numerosos países de América Latina y Africa.

De acuerdo con los datos resaltados en República Dominicana, en muchos casos con real alborozo, la empresa Odebrecht, que pagaba a Joao Santana y a Mónica en connivencia con el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, no se comprometió a financiar la campaña electoral del 2012 del Partido de la Liberación Dominicana, como habían afirmado antes varios de los funcionarios de Odebrecht, incluido a Fernando Migliaccio, el jefe del Departamento de Operaciones Estructuradas, que pagaba los sobornos.

Fueron también Alexandrino Alencar y Hilberto Silva los que ofrecieron testimonios, como parte del acuerdo de delación premiada de Odebrecht con la justicia de Brasil, que mencionaron a la República Dominicana. Alexandrino Alencar dijo que el ex presidente Lula intercedió ante el presidente Danilo Medina para favorecer a Odebrecht. y Hilberto Silva declaró que “esa empresa constructora financió campañas electorales en cinco países, entre los cuales se incluye a la República Dominicana”.

En Venezuela, El Salvador, Angola y otros países sí se pagaron fondos para las campañas electorales, pero en la República Dominicana no se pagó nada, dijo Mónica Moura (de acuerdo con un audio que se atribuye a la esposa de Joao Santana). Y pese a que Joao Santana sí admitió que desde el 2010 asesoraba países, incluyendo la República Dominicana, con abonos realizados por Odebrecht, se ha preferido la declaración de la esposa de Santana, porque representa una excepción particular y una exculpación del PLD y del presidente Medina, con respecto a los otros interrogatorios que han admitido la influencia de la empresa constructora en los temas electorales dominicanos.

El milagro ha sido posible. Odebrecht actuó de modo diferente en la República Dominicana, única excepción, y los políticos relacionados con las decisiones de obras públicas no se sirvieron del puente abierto por esa empresa para cruzar a la atractiva República Federativa de la Corrupción.

¿Es tan frágil la credibilidad de los funcionarios dominicanos que hicieron depender sus palabras de una declaración de una persona imputada por la recepción y repartición de coimas? ¿Dependía también el Comité Político del PLD de lo que dijera esta señora, pues parecían sus miembros reunidos la noche del martes atentos a lo que se dijera sobre ella?

Si por esta razón hay que felicitar a los políticos dominicanos, por no haber recibido coimas desde Brasil, en un ambiente masivo de entrega de dinero sucio, tenemos que pedir una revisión de la pasta con que han sido construido nuestros dirigentes. Habrá que replicarlos, y si fuera posible exportarlos y venderlos como la última camada de hombres honestos en un país marcado por la ignominia y la corrupción.

Salvado el tema del financiamiento ilegal de las campañas electorales, del que todo el mundo sale indemne en la República Dominicana, habrá que esperar ahora la decisión del Ministerio Público para comenzar a buscar a los pichones que recibieron los 92 millones de dólares de sobornos admitidos por Odebrecht ante el Departamento de Justicia de los Estados Unidos.

Claro, hay que suponer que al Ministerio Público dominicano no le interesa reclamar a la justicia de Brasil más datos sobre los fondos entregados para campañas electorales en la República Dominicana. El monto global distribuido entre el 2006 y el 2014 fue de 3,390 millones de dólares. Excluida la República Dominicana de esa distribución.