Leonel Fernández, presidente de la República, iniciará esta semana reuniones con los sectores populares para debatir las necesidades y urgencias de la situación nacional. Es un retorno a los anteriores diálogos con los barrios que auspiciaba el Poder Ejecutivo.

El presidente también acudió a observar las comunidades afectadas en el sur del país por las inundaciones originadas por las crecidas de los lagos Enriquillo y Azuey. El presidente del Senado, Reinaldo Pared, había formulado un llamado vehemente al presidente para que acudiera a observar lo que está ocurriendo con varias provincias y comunidades que han perdido sus cosechas, sus casas y animales por las inundaciones que llevan años.

Al Poder Ejecutivo y a los políticos oficialistas les hace falta un baño de pueblo. Se han separado mucho de la realidad que vive la gente y han perdido las perspectivas. Lamentablemente formulan políticas públicas, leyes y toman decisiones administrativas sin darse cuenta que el país anda mangas por hombros, y que la pobreza es el más grave de todos los problemas nacionales, y que es poco lo que se ha hecho para sacar de la pobreza a miles de familias que pusieron sus esperanzas en el presidente Leonel Fernández en los últimos ocho años.

El presidente y su equipo han teorizado mucho, han formulado muchos esquemas de desarrollo, han ideado fórmulas sobre crecimiento, prosperidad, desarrollo y no las han puesto en práctica. Ni siquiera han reformulado acertadamente el esquema de Seguridad Social que se aprobó en el anterior gobierno del PRD, mediante la Ley 187-01.

Lamentablemente ha habido excesos de seminarios y conferencias en Funglode, con la participación del presidente Leonel Fernández, de teóricos influyentes, invitados nacionales e internacionales, pero no ha habido interés en poner a funcionar la distribución de la riqueza de la que tanto se habla. La riqueza que según Danilo ha creado Leonel Fernández y que él sugiere que de llegar a la presidencia se encargaría de distribuir.

Muchos funcionarios se han enriquecido. Gente conocida por todo el mundo que vivía en condiciones precarias hace poco tiempo. Han pasado de la inopia a la opulencia, y como los nuevos ricos requieren decir lo que tienen y el poder que detentan, lo exhiben y crean la admiración y la indignación de una parte importante del colectivo nacional.

El presidente lo sabe, y debe buscar explicaciones a esos temas. Debe bajar con disposición de oir a la gente. El presidente debe hacer un esfuerzo para tratar de captar los niveles de indignación y de frustración de los grupos más pobres. Eso es bueno. Eso le dará una idea de cómo dar un giro a la cosa pública, e incluso cómo ayudar al candidato del Partido de la Liberación Dominicana, que en este momento lleva una carga pesada con el fardo negativo del gobierno sobre sus hombros.

El presidente debe tratar de hacerse acompañar de los ministros más importantes de su gobierno, de los ejecutores más importantes del presupuesto nacional. Esa gente deberá conocer lo que el presidente escuche y darle respuestas asertivas y creíbles, que el presidente pueda contar con el apoyo de datos concretos duros y macizos, que los tienen los ministros, en particular el de Obras Públicas, el del Metro, el de Salud, el de Trabajo, entre otros.

Felicitamos al presidente por esta iniciativa. Serán encuentros de grandes enseñanzas, si es que hay algo que el país pueda enseñar a sus líderes. Creemos que la decisión del presidente es sabia y podrá escuchar de la gente lo que siente y las condiciones en que sobrevive cada día en un país cargado de frustraciones, delincuentes, promesas incumplidas y muchos políticos corruptos.